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Microbiota o flora intestinal

Publicado por Ramón Contreras

Muchas veces en los comerciales de la televisión y otros medios de comunicación oímos la palabra microbiota intestinal o flora intestinal. Muchas veces en comerciales sobre alimentos que ayudan a mantener esta flora sana. Este término hace referencia al conjunto de las bacterias que viven en el sistema digestivo. El estudio de estos organismos a lo largo de la historia ha revelado bastante sobre todo tipo de patologías relacionadas con la digestión. La microbiota es pues el conjunto de seres microscópicos que viven en un determino emplazamiento. Sin embargo, también podemos encontrar la microbiota asociada a otros términos, como la microbiota bucal, nasal, vaginal (en general en todas las mucosas) o existe una microbiota que se encuentra simplemente en la piel, pelos, plumas, escamas, etc.

En el intestino de un ser humano vive una gran comunidad de especies, principalmente bacterianas, que en una situación normal ayudan a procesar el alimento. De forma similar ocurre en otras especies animales, aunque se ha observado que cada especie o incluso entre diferentes poblaciones de individuos la microbiota intestinal es diferente, debido principalmente a las variaciones en la dieta, pero también influyen cosas tan pequeñas como la microbiota de los propios familiares. Por ejemplo, los rumiantes cuentan con una microbiota intestinal que degrada la fibra de madera, cosa que el resto de animales no puede hacer. Por lo que estas bacterias descomponen en el intestino del rumiante la madera hasta convertirla en moléculas que el animal sí puede asimilar.

Cuando nacen, los animales carecen de microbiota en absoluto. En el seno de la madre o dentro del huevo no hay bacterias que se puedan incorporar a ningún sitio. Sin embargo, la microbiota se asienta en el intestino a los pocos días. Ésta viene a través del sistema digestivo a partir de lo que come el recién nacido, en el caso de los mamíferos la leche del pecho de su madre. Sin embargo, la leche es estéril, y las bacterias vienen de la propia microbiota de la mama.

La microbiota intstinal supone 10 veces más células que todas las células del cuerpo. Los estudios han revelado que esta microbiota es importante en la defensa contra otros microorganismos. Pues los patógenos al llegar en primer lugar tendrán que competir contra ellos (poblaciones estables y ya asentadas) para poder crecer sobre las mucosas del organismo, antes de poder infectarlo. Es por esto que en la actualidad se considera a la microbiota como uno de los ejemplos más complejos de simbiosis entre el hospedador y las especies que viven en él y también entre las propias especies. En ocasiones, las son las propias especies de la microbiota las que pueden ser patógenas en determinadas circunstancias. Bacterias que normalmente están a raya por la presencia de otras bacterias y el sistema inmune propio del organismo, pueden convertirse en patógenas si se desequilibra el balance de las poblaciones entre las especies de microbiota, dejándole un hueco mayor a una especie determinada, que al aumentar su número se vuelve perjudicial para el hospedador.