Los hongos del grupo Fusarium
Algunos de los hongos del grupo Fusarium infectan tanto a animales como a plantas. Debido a los síntomas que ocasiona en los seres humanos se ha barajado su utilización como arma biológica y se produjo a gran escala su toxina hasta 1972 cuando entró en vigor la Convención de Armas biológicas. Aunque se acusó a la URSS de utilizarla algunos años más tarde en Laos y Afganistán. Entre las enfermedades de plantas se encuentran el tizón de la cebada o el mal de Panamá, que afecta a los plátanos.
Filogenia e historia evolutiva: el género de hongos Fusarium es muy extenso, cuenta con alrededor de 25 especies, entre las que F. oxysporum es la más conocida por las pérdidas económicas que causa en la agricultura, aunque también puede infectar al ser humano y otros animales. Éste género forma parte de la Familia taxonómica Nectriaceae, en la que Fusarium es el más estudiado. Se clasifica a su vez dentro del Orden Hypocreales de la Clase Sordariomycetes, que pertenece al Filo Ascomycota dentro del Reino Fungi.
Descripción: los hongos de este género son filamentosos que se han de observar al microscopio. Cuando forman colonias macroscópicas éstas tienen una apariencia algodonosa, con color blanco y dependiendo de la especie algún otro pigmento. Forman hifas aéreas (el aspecto algodonoso) que en su extremo presentan los conidios, que pueden ser macroconidias o microconidias, dependiendo de la especie. Ambos tipos de órganos sexuales se forman por sucesión basipétala (las células más jóvenes son las que están más cerca de la hifa, mientras que las más antiguas forman la punta).
En la punta de la hifa, en el conidio, se forma primero un septo longitudinal, de arriba a abajo y luego varios septos transversales, separando primero la punta del conidio, donde irán madurando las esporas. Las esporas observadas al microscopio tienen una forma de media luna característica que permite su identificación rápidamente.
Distribución y hábitat: Fusarium está compuesto por especies saprófitas abundantes en el suelo. En muchas ocasiones forma parte de la microbiota normal asociada a muchos cultivos (principalmente soja o arroz). En otras especies es capaz de infectar las plantas, como es el caso de los cereales como la cebada o el trigo. Sus esporas pueden sobrevivir en el agua y en el suelo no necesitan asociarse a plantas para obtener su alimento (son capaces de crecer en gran número de medios y condiciones). Las contaminaciones más comunes de laboratorio están causadas por estos hongos, debido a su abundancia. Su cultivo en laboratorio se obtiene entre 1 y 5 días.
Interacción con el ser humano: las pérdidas económicas causadas por estos hongos han llevado a su estudio en profundidad. Debido a este estudio se encontró que algunas especies del género Fusarium eran capaces de sintetizar micotoxinas. Esta fue la causa de que se empezaran a emplear como arma biológica, debido a la contaminación del trigo ruso que causó grandes mortandades a principios del siglo XXI. Además algunas de sus especies pueden colonizar la epidermis del ser humano, infectando uñas y piel (onicomicosis). Recientemente se ha extendido la infección de la córnea de los ojos (queratomicosis), a causa del mal estado de conservación de lentes de contacto. En general la infección por Fusarium se denomina furasiosis.