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La imporancia de las esporas

Publicado por Ramón Contreras

Los seres vivos han desarrollado muchos y variados sistemas para que la especie sobreviva. En aquellos seres vivos sésiles, que no pueden moverse, la dispersión de los gametos y los embriones ha resultado ser clave para su supervivencia. Las esporas son la estructura de dispersión y resistencia de grupos biológicos diversos, desde hongos y algas hasta bacterias. Incluso determinadas plantas en algún punto de su ciclo biológico cuentan con este tipo de cuerpos.

Las esporas cumplen, pues, dos funciones. La primera de ellas es la dispersión de los nuevos individuos con el fin de colonizar nuevos territorios y evitar la competencia entre individuos de la misma especie. De manera relacionada con esto las esporas también son utilizadas como estadios de latencia o dormancia de la especie. Cuando sueltan las esporas al medio las esporas viajan hasta encontrar un lugar adecuado para desarrollar un nuevo individuo. Es por ello que las esporas han de tener la capacidad de resistir condiciones ambientales más duras que los individuos desarrollados, para poder dispersarse más allá de las condiciones adversas.

Las esporas se forman durante la reproducción asexual de los individuos. En muchos organismos las esporas forman el método de reproducción del ciclo haploide de la especie. Es decir, las especies que alternan organismos haploides (n) y diploides (2n) emplean las esporas como método de reproducción en su fase haploide. Las esporas suelen ser unicelulares, aunque existen esporas pluricelulares. Cuando se desarrollan dan individuos con una dotación cromosómica haploide y que mediante reproducción sexual entre dos individuos volverán a formar los organismos diploides de la especie. Las esporas pueden generarse tanto por división mitótica, como es el caso de los hongos, o bien por división meiótica, en plantas por ejemplo.

Las esporas adquieren una mayor importancia en los hongos, donde la formación de las mismas, sus características y morfología de la estructura que las origina se emplea como carácter taxonómico. Cada grupo taxonómico de hongos genera de una forma concreta sus esporas y se denominan según el grupo: zigosporas en zigomicetos, ascosporas en ascomicetos, basidiosporas en basidiomicetos, etc.

En las bacterias las esporas sirven tanto para la reproducción como para la resistencia a las condiciones adversas. Cuando una bacteria nota que su medio ambiente empieza a ser desfavorable (como por ejemplo se seca el charco en el que vive) forma esporas con las que sobrevivirá la especie hasta que vuelvan las condiciones adecuadas (vuelva la época de lluvias). En general las esporas de bacterias se pueden dividir en dos grupos principales. Las endosporas, si las esporas se generan en el interior de la célula y esta debe romperse para liberar y dispersar las esporas. Las exosporas, al contrario, se forman en la superficie de la bacteria, y se forman gemas en la membrana bacteriana para permitir su dispersión sin necesidad de que la célula sea rota. Este tipo de esporas son menos resistentes que las endosporas puesto que llevan menos capas de protección al ser liberadas.

En las algas también existe una gran diversidad en los tipos de esporas y en los métodos de su dispersión. Tanto en algas unicelulares como pluricelulares sus tipos de esporas influyen notablemente en la ecología de cada especie.