Opsinas y la visión en 3 colores
La evolución de la visión en humanos es un proceso fascinante que ha permitido a nuestra especie percibir el mundo que nos rodea de una manera única. Nuestra capacidad para ver una amplia gama de colores es el resultado de millones de años de adaptación y selección natural. La evolución de la visión tricromática en humanos se remonta a nuestros ancestros primates. Se cree que esta capacidad surgió como una ventaja evolutiva para la detección de frutas maduras y otros alimentos ricos en nutrientes. La visión tricromática nos permite distinguir una amplia gama de colores en el entorno, lo que nos brinda una ventaja significativa sobre otros mamíferos que solo pueden ver en dos colores. Esto nos ayuda a identificar frutas maduras, hojas verdes y otros recursos alimenticios, así como a detectar depredadores y presas.
La luz visible está compuesta por diferentes longitudes de onda, que se perciben como colores. Los colores que podemos ver están asociados con diferentes frecuencias de onda: el rojo tiene la longitud de onda más larga, seguido por el verde y el azul, que tienen longitudes de onda más cortas. Nuestros ojos contienen células especializadas llamadas conos (Cómo vemos los colores y las personas que tienen supervista para ver millones de colores), que son sensibles a estas diferentes longitudes de onda y nos permiten percibir los colores. El resto de colores somos capaces de percibirlos porque interpretamos la mezcla de estos 3 para dar marrones, amarillos o naranjas.
Longitud de onda de cada color del visible:
rojo 618-780 nm
naranja 581-618 nm
amarillo 570-581 nm
verde 497-570 nm
cian 476-497 nm
azul 427-476 nm
violeta 380-427 nm
Los genes responsables de la visión en color en humanos codifican las proteínas llamadas opsinas, que son los pigmentos fotosensibles presentes en los conos de la retina. Estas opsinas son receptores acoplados a proteínas G (GPCRs), que desempeñan un papel crucial en la transducción de la luz en señales eléctricas que el cerebro interpreta como colores.
En particular, existen tres tipos de opsinas sensibles al color, cada una asociada con un tipo de cono en la retina y codificada por un gen específico. Estos genes son:
1. OPN1LW: Este gen codifica las opsinas sensibles al rojo (también conocida como L-opsina), que es responsable de la percepción del color rojo y está presente en los conos responsables de detectar longitudes de onda largas.
2. OPN1MW: Codifica las opsinas sensibles al verde (también conocida como M-opsina), que permite la percepción del color verde y se encuentra en los conos sensibles a longitudes de onda medianas.
3. OPN1SW: Este gen codifica las opsinas sensibles al azul (también conocida como S-opsina), que permite la percepción del color azul y está presente en los conos sensibles a longitudes de onda cortas.
Estos genes están ubicados en el cromosoma X, lo que significa que la visión en color es un rasgo ligado al sexo. Las mujeres tienen dos copias del cromosoma X, mientras que los hombres tienen un cromosoma X y un cromosoma Y. Debido a esta diferencia en la dotación cromosómica, las mutaciones en estos genes pueden tener efectos diferentes en hombres y mujeres, lo que explica por qué el daltonismo es más común en hombres que en mujeres.
Las variaciones genéticas en estos genes pueden dar lugar a trastornos de la visión del color, como el daltonismo o la visión anómala del color. Estos trastornos pueden afectar la capacidad de una persona para percibir ciertos colores o distinguir entre ellos.
Otros grupos evolutivos también han desarrollado la visión tricromática o incluso tetracromática. Por ejemplo, algunos peces, reptiles, aves e insectos tienen una mayor diversidad de conos en sus ojos, lo que les permite percibir un espectro aún más amplio de colores. Esta capacidad les proporciona ventajas específicas en la detección de alimentos, la reproducción y la supervivencia en sus respectivos entornos.