Impulsores biológicos y ambientales de la ecología trófica
El concepto de un nicho ecológico estricto en el que se confina una especie ha sido cuestionado en múltiples ocasiones, pero actualmente disfruta de un renacimiento a medida que los ecologistas usan los rasgos funcionales de las especies para describir su papel dentro de las redes ecológicas, su respuesta al cambio ambiental y su contribución al funcionamiento del ecosistema. El nicho ecológico fue formalizado por primera vez por Grinnell, quien demostró que la morfología y el comportamiento de una especie se adaptan a su entorno. El nicho Grinneliano fue avanzado por Elton para incluir una relación de especies con sus depredadores y presas. Posteriormente, Hutchinson describió el nicho como un hipervolumen n-dimensional, por el cual las especies pueden clasificarse como especialistas o generalistas de acuerdo con su desempeño bajo un conjunto estrecho o amplio de condiciones ambientales.
El nicho dietético de un consumidor, es decir, la diversidad de tipos de presas que come un individuo, población o especie es un componente integral de su nicho ecológico. A pesar de su importancia en la ecología, los factores que determinan si una especie ocupará un pequeño (es decir, especialista) o un gran nicho dietético (es decir, generalista) siguen sin estar claros. La teoría clásica del nicho indica que los generalistas en la dieta prevalecerán en regiones donde la presa es escasa y los competidores son pocos, pero que las regiones altamente biodiversas contendrán un mayor número de especialistas en la dieta, ya que las presas y competidores potenciales se encuentran en abundancia. Sin embargo, la dieta también está determinada por una serie de rasgos ambientales y biológicos. Por ejemplo, los peces adaptados a hábitats bentónicos o pelágicos estarán expuestos a comunidades de presas completamente diferentes; la morfología de un depredador, especialmente su tamaño, movilidad y dentición determinarán qué tipos de presas puede capturar; y el rango geográfico de un consumidor también influirá en la amplitud de las presas que puede consumir. Además, la posición trófica de una especie, es decir, su posición en una cadena alimentaria, puede estar relacionada no linealmente con el ancho de su nicho dietético, ya que los omnívoros consumen una mayor diversidad de presas que los herbívoros o carnívoros.
La posición trófica, a su vez, también está influenciada por la disponibilidad de recursos; en las regiones de baja disponibilidad de recursos, es probable que los consumidores forrajeen a través de múltiples niveles tróficos, mientras que la alta diversidad de presas y competidores en los puntos críticos de biodiversidad puede permitirles a los consumidores especializarse en una sola posición trófica. Por lo tanto, caracterizar el ancho del nicho dietario y la posición trófica de los consumidores a través de las escalas geográficas y de riqueza global puede cerrar la brecha entre la ecología trófica de los consumidores y su papel en la función del ecosistema.
Evaluar estas relaciones a escala global utilizando enfoques observacionales en lugar de teóricos presenta numerosos desafíos, y hasta hace poco era inviable. Sin embargo, el desarrollo de archivos de datos de acceso abierto que compilan los rasgos funcionales y de historia de vida de los organismos vivos brindan una oportunidad única para identificar correlatos globales del ancho del nicho dietario de las especies y la posición trófica.