Adaptaciones de las plantas xerófitas a la sequía
Las plantas son organismos sésiles, que deben hacer frente a los cambios del medio ambiente sin la posibilidad de migrar. Es por eso que las plantas han adoptado diferentes estrategias morfológicas, fisiológicas y moleculares para adaptarse de forma permanente o transitoria a diferentes ambientes y a los cambios anuales.
Las bajas precipitaciones y las altas temperaturas son dos de las características ambientales para las que las plantas se encuentran mejor adaptadas. Puedes leer más sobre cómo afecta la sequía a las plantas en el artículo aquí. Existen varias aproximaciones a la supervivencia en ambientes con pocas lluvias y altas temperaturas, uno de ellos es el que comparten todas las plantas xerófitas, que cuentan con adaptaciones morfológicas que veremos a continuación:
Las raíces de las plantas xerofitas están adaptadas a climas donde las precipitaciones son esporádicas y a veces torrenciales. Por ello su sistema radicular es muy superficial y extenso para poder coger el agua nada más llegar al suelo, para evitar que se evapore antes de captarlo. En ocasiones estas plantas presentan un haz de raíces que se internan en profundidad para llegar hasta el nivel freático para su suministro de agua.
Las hojas de las plantas xerófitas presentan una gran cantidad de modificaciones para evitar la pérdida de agua por los estomas. Normalmente los estomas se encuentran casi exclusivamente en el envés de las hojas xerófitas, que además se encuentran curvadas para evitar todavía más la exposición de los estomas al ambiente seco. Otra de las adaptaciones que presentan las xerófitas es la presencia de espinas y pelos en la superficie de la hoja para evitar la exposición directa de la superficie foliar al sol.
Las xerófitas en general presentan hojas pequeñas, con el mismo objetivo, evitar la transpiración por los estomas, tanto es así que en ocasiones la reducción de las hojas llega hasta el punto de estar ausentes, realizando la fotosíntesis en el tallo. Las hojas, cuando están presentes, suelen ser duras, están esclerotizadas, pues acumulan lignina o celulosa, de esta manera la planta no está tan sujeta a la presencia de agua para mantener la forma de la hoja. Por otra parte es frecuente que las plantas xerófitas presenten las hojas de lado al sol, una vez más, para evitar la insolación directa. Por el contrario otras plantas xerófitas han evolucionado para contener agua en el interior de sus hojas, las llamadas plantas crasas o suculentas, de las que puedes leer más aquí.
En general, este tipo de plantas son de hoja perenne, está presente todo el año. Además muchas xerófitas han adaptado su ciclo vital para evitar las temporadas de máxima evaporación, realizando gran parte de su ciclo en los meses fríos, que en estas regiones no suelen ser de temperaturas muy bajas.
Molecularmente las plantas xerófitas evitan la pérdida de agua y realizan un tipo de fotosíntesis que les permite aprovechar las horas de bajas temperaturas, la noche, para realizar la conversión energética. Entre las estrategias moleculares más conocidas encontramos la CAM y la C4, de las que puedes leer más en sus propios artículos aquí(próximamente) y aquí (próximamente).