¿Qué son los efectores en biología? Neuronas y moléculas
Los efectores, realmente las células efectoras, son aquellas que generan una respuesta cuando es llega la información de un estímulo. Este proceso simple a primera vista es una de las condiciones más complejas de la vida y el principal motor de los seres animados. Ante un estímulo exterior que puede ser cualquier cosa que se pueden percibir por los sentidos: temperatura, luz, sonido pero también ondas electromagnéticas o el contacto físico los seres vivos procesan esta información para crear la respuesta más adecuada. Pongamos un ejemplo para simplificarlo. El sol emite luz, cuando los ojos de los animales reciben esta luz (esta señal o estímulo), la procesan gracias a unos elementos celulares a los que llamamos receptores (en este caso los ojos) que son capaces de cambiar de estado al recibir el estímulo. Inmediatamente los receptores envían esta información o señal a las células del cerebro, las neuronas, mediante los nervios oportunos. En el cerebro esta información es “leída” y basándose en el conocimiento previo las neuronas del cerebro generan una respuesta. La respuesta puede ser girarse para que la luz del sol no de directamente a los ojos, o ver cualquier objeto que se tenga delante.
Los efectores son células nerviosas que son capaces de recibir una información a través de los nervios y enviar una respuesta generalizada a todo el cuerpo que genere una respuesta. En el caso de recibir la luz del sol la respuesta tiene que incluir cambiar la posición de la cabeza moviendo los músculos del cuello, cambiar el punto de equilibrio para no caerse mientras se mueve, posiblemente cerrar un poco las pupilas para disminuir la cantidad de luz entrante, etc. Todas estas respuestas parten de un mismo sitio en el cerebro, formado neuronas efectoras. Para transmitir las órdenes estas neuronas soltarán al torrente sanguíneo moléculas químicas que llegaran a diferentes partes del cuerpo para que se produzcan los cambios oportunos y además, las neuronas transmitirán el impulso nervioso para que los músculos se muevan.
Pero no solo las neuronas del cerebro son capaces de generar respuestas. La columna vertebral contiene neuronas capaces de generar una respuesta. Estas células nerviosas pueden generar movimientos burdos, rápidos y espasmódicos que sirven como respuesta inmediata ante una situación excepcional. Aunque la información desde distintas partes del cuerpo tarde fracciones de segundo en llegar al cerebro, la evolución ha hecho que seamos capaces de responder incluso antes. Cuando notamos una sensación peligrosa (demasiado calor o frío, o algo doloroso) en una extremidad la información no llega hasta el cerebro para dar una respuesta. Las células efectoras de la columna vertebral se encargan de generar una respuesta rápida, algo del estilo “¡sal de ahí ya!”.
Finalmente y por extensión, las moléculas que estas neuronas (o que generan otras células del cuerpo) generan para transmitir la señal, ya sea química o eléctricamente, también reciben el nombre de efectores. Estas moléculas son capaces de interaccionar con una segunda proteína, a la que llamamos normalmente el receptor, que cambia su comportamiento cuando se le une el efector. En este aspecto habrá tanto efectores positivos, que le dirán al receptor que aumente su actividad, como efectores negativos, que detendrán la actividad de la proteína. Es frecuente que la actividad de una proteína sea el resultado de su interacción con efectores positivos y negativos que regulan su actividad constantemente, a veces interviniendo al mismo tiempo y otras con un único puesto de interacción y compitiendo los efectores positivos y negativos por unirse al receptor.