Biología

La bilis

Publicado por Ramón Contreras

La bilis o hiel es un elemento indispensable de la digestión de grasas en vertebrados. Este líquido acuoso en humanos y la mayoría de vertebrados está sintetizado por el hígado, sien ese momento no se está comiendo será almacenado en la vesícula biliar para que cuando llegue la comida al duodeno -la primera sección del intestino delgado- sea liberada para actuar sobre las grasas que se han ingerido y han sido ya procesadas por el estómago. La bilis tendrá un efecto similar al del jabón sobre las grasas. Dividirá por emulsión las gotas de grasa en gotículas más pequeñas (baja la tensión superficial) y por lo tanto más fáciles de asimilar por el cuerpo.

La bilis está compuesta principalmente por agua (en un 97%). Ésta servirá como vehículo para transportar los compuestos que otorgan sus características digestivas a la bilis. Disuelta en el agua podemos encontrar sales biliares, compuestos orgánicos que forman sales de sodio y de potasio. Los ácidos taurocólico y glicocólico que unirán los iones para estabilizar las sales en la vesícula están formados por el ácido cólico conjugado bien con el aminoácido taurina o con glicina en su carbono 17. También se pueden formar de forma similar con el ácido quenodesoxicólico. Estos ácidos se unirán frecuentemente a potasio y sodio minerales para formar las conocidas como sales biliares.

Para ayudar a las sales biliares en el proceso de degradación de grasas se suelen conjugar con fosfolípidos. La parte hidrofóbica de la sal se unirá a fosfolípidos (el más común es la lecitina) para poder interaccionar con las gotas de grasa, mientras que su parte hidrofílica seguirá inmersa en el agua de la bilis. Para contribuir a la digestión también encontramos iones de bicarbonato en la bilis que ayudarán al disgregado de las grasas. Además, estos iones ayudarán a neutralizar posibles perdidas de ácido estomacal que se puedan producir entre las comidas.

Además de ellas, la bilis está compuesta por sustancias de desecho del metabolismo del cuerpo. El hígado aprovecha la secreción al exterior para deshacerse de sustancias que se encarga de depurar. La bilirrubina, que da un color verde oliva a la secreción y su sabor amargo, es el producto de deshecho de la hemoglobina que ha sido descartada por el bazo. Desde ahí viajará hasta el hígado, que si funciona correctamente, la absorverá y la excretará en la bilis. De forma similar encontraremos colesterol en la bilis que en su rita de deshecho pasará por el hígado, principal órgano que lo captura de la sangre.

Se ha establecido que como ayuda a la absorción de grasas, la bilis es igualmente importante para la absorción de vitaminas que son liposolubles, aquellas que se encuentran asociadas a las grasas y no al agua. Entre ellas encontraremos las vitaminas A, D, E y K.

Si el sistema no funciona correctamente puede darse el reflujo desde el intestino delgado al estómago, en este caso las sales biliares entrarían en el estómago inactivando el proceso de digestión, y cambiando la composición del estómago. Esto a su vez puede causar que el contenido del estómago vaya hacia el esófago, si bien son dolencias distintas. A diferencia de esta última el reflujo intestinal no puede mejorarse con cambios en la dieta y tan solo con medicamentos o intervención quirúrgica puede aliviarse.