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Infarto de miocardio, primera causa de muerte en el mundo, puesta en números

Publicado por Ramón Contreras

Las enfermedades cardiovasculares se encuentran en todas las listas de los problemas de salud que más muertes causan al año en el mundo. Alrededor de 18 millones de personas mueren cada año por este conjunto de patologías que afectan tanto al corazón como al sistema de venas y arterias que lleva la sangre a todo el cuerpo. Es por ello que una enfermedad cardiovascular puede darse tanto en una pierna o en el cerebro, si un trombo se produce en esos sitios.

Los infartos empiezan como un dolor en el pecho

Asociamos este tipo de enfermedades a las personas mayores, sin embargo, una de cada tres muertes suceden en personas menores de 70 años, que fallecen prematuramente por falta de tratamiento. Por otra parte, se tiende a creer que es un problema del primer mundo, nada más lejos de la realidad. Más del 75% de las muertes ocurren en países con una tasa de ingresos por habitante baja o media. La organización Mundial de la Salud, WHO en inglés u OMS, en castellano, lo tiene muy claro, estas enfermedades se relacionan directamente y muy estrechamente con una dieta insana, el consumo nocivo de alcohol y el tabaquismo. Se ha demostrado que la reducción de estos factores de riesgo aumenta las probabilidades de sobrevivir a un episodio vascular y sobre todo disminuye las probabilidades de que ocurran. Por ejemplo, el estudio más conocido muestra que las personas que realizan actividad física moderada suficiente tienen entre un 20 y un 30% menos de probabilidades de morir prematuramente por estas causas.

Los síntomas de que una persona está en riesgo de una enfermedad coronaria (un infarto de miocardio, una angina de pecho o un derrame cerebral, por ejemplo) son fácilmente reconocibles en un centro de salud. El sobrepeso y la obesidad son los principales síntomas que pueden alertarnos, sobre todo si se relaciona con una tensión alta, una hiperglucemia y una hiperlipemia (azúcar y grasas elevadas en sangre respectivamente).

Muchas veces se cree que el infarto de miocardio, el ataque al corazón en el que el órgano deja de funcionar porque se queda sin riego sanguíneo, está precedido por anginas de pecho (la reducción momentánea y transitoria del flujo sanguíneo que provoca dolor en el pecho y dificultad para respirar). Pero los datos demuestras que tan solo ocurre en el 25% de los casos. La mayoría de personas que sufren un infarto al corazón no tienen “avisos” que les lleven a preocuparse y a ir al médico a hacerse un análisis de sangre. Tras una angina de pecho, el flujo sanguíneo vuelve a estabilizarse, o a quedarse disminuido. Mientras que en el infarto el corazón deja de recibir sangre o deja de bombear. En este caso puede producirse la necrosis de órganos si no se actúa con rapidez (de ahí su alta mortalidad).

Fallecimientos en números: La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) tiene un ranking con los 38 países miembros de la OCDE con mayor número de muertes por infarto de miocardio en 2019. A esta lista faltan muchos países que no han firmado los acuerdos de la organización, que son precisamente algunos de los más afectados. Alemania, Turquía (con 44.200 cada uno) y Corea del Sur (9.700) encabezan la lista, EEUU, que no está en la OCDE, tiene unas 670.000 muertes por enfermedades cardíacas al año. Paraguay, como ejemplo de América del Sur, tiene unos 22.000 fallecidos por ataque al corazón.