Mecanismos de aislamiento reproductivo
Durante la evolución uno de los procesos necesarios para poder establecer que dos poblaciones de individuos no pertenecen a la misma especie es necesario que sus miembros no sean capaces de reproducirse con éxito y que su progenie no sea viable, o sea estéril. Independientemente del tipo de especiación que tenga lugar, ya sea simpátrica o alopátrica, a la larga las especies cercanas, que comparten una especie antecesora común acaban diferenciándose en sus mecanismos reproductores, ya sea en el cortejo en la interacción física de los individuos, la época de apareamiento o razones fisiológicas o genéticas de incompatibilidad entre los gametos de ambos sexos.
Estos mecanismos se denominan de aislamiento reproductivo o barreras a la hibridación y pueden ser bien antes de la cópula, precopulatorios, o después, postcopulatorio. Independientemente de cuando tienen lugar estos mecanismos están controlados genéticamente y forman parte del proceso evolutivo que separa a dos especies.
Dentro del primer grupo se encuentran todas las circunstancias que hacen que los miembros de dos especies no puedan practicar la cópula. Entre ellos se encuentran que no tengan la misma época de celo, que tengan ritos de apareamiento diferentes (cantos, cortejos) o incluso que no se encuentren en la misma región geográfica, que los polinizadores sean especies diferentes, además evidentemente, de impedimentos físicos al apareamiento entre individuos. En el mundo vegetal es donde mayores mecanismos de aislamiento de este tipo podemos encontrar, sobretodo en la especialización de polinizadores. Sin embargo, muchas especies vegetales ayudan a que solo un polinizador concreto sea capaz de tomar el polen creando flores que atraigan específicamente a una especie de insectos o que tan solo las aves con un pico determinado sean capaces de alcanzar el néctar en el interior de sus flores (como es el caso de los colibríes).
Los mecanismos postcopulatorios son aquellos que intervienen en el caso de que no se den los primeros. Un ejemplo de ello es la posibilidad de que los caballos y los asnos tengan descendencia cruzada las mulas, la esterilidad de esta descendencia es debida a los mecanismos de aislamiento reproductivo, en este caso la incompatibilidad de los genomas para formar gametos estables en los mulos y mulas. En especies de moscas de la fruta la vagina de las hembras reacciona ante marcadores moleculares de otras especies atrofiando el órgano e impidiendo la fecundación. En otras especies la fecundación tiene lugar, pero los marcadores genéticos específicos de cada especie para el correcto desarrollo del embrión están presentes solo a medias y ocurre un aborto natural.
Lo más corriente en la naturaleza es que exista más de un mecanismo de aislamiento reproductor separando a dos especies. Los mecanismos que impiden la copula son más efectivos en cuanto que no se gasta energía en la copula, en la fecundación o en la gestación. Muchas especies de plantas angiospermas son capaces de generar híbridos, sin embargo la morfología de sus flores es incorrecta y no permite la correcta polinización o fecundación. Sin embargo, estas especies hibridas estériles pueden mantenerse en la naturaleza mediante reproducción asexual, esto se ha descrito como una posibilidad para la generación de nuevas especies, como ha sido el caso del trigo.