Mecanismos de compensación de la herbivoría
Frente a los mecanismos de evitación, los mecanismos de compensación se producen después del ataque y van destinados a paliar el daño que ha producido el herbívoro. Son de varios tipos:
1. Movilización de reservas: especialmente hidratos de carbono y nutrientes. Las reservas almacenadas en órganos como tallos leñosos y raíces engrosadas sirven para la construcción de nuevos tejidos.
2. Alteración de la distribución de los productos de la fotosíntesis: generalmente hay una proporción equilibrada en la distribución entre la parte aérea y la subterránea de la planta. Cuando la parte aérea es atacada, una mayor fracción de la producción se dirige a los tallos aéreos, y lo mismo sucede cuando se ataca la parte subterránea.
3. Incremento en la tasa fotosintética por unidad foliar: la disponibilidad de agua limita fuertemente la fotosíntesis, por lo que una reducción en el área foliar ocasionada por los herbívoros conlleva una menor pérdida de agua para la planta, y por tanto una mayor disponibilidad para el área foliar restante, lo que contribuye a una mayor tasa fotosintética.
4. Reducción en la tasa de mortalidad en las partes de la planta que han sobrevivido: por ejemplo, en condiciones normales la especie Pastinaca sativa apenas produce frutos en las umbelas terciarias. Sin embargo, cuando las umbelas primarias son atacadas, las terciarias reducen su tasa de aborto floral y producen más frutos.
Efectos de los herbívoros sobre las plantas: las mayor parte de las plantas pueden compensar los daños del ataque, pero muy rara vez esta compensación es perfecta, y generalmente las plantas se ven afectadas negativamente. Hay tres niveles de efectos:
– Sobre el crecimiento: la reducción en el crecimiento depende del momento del ataque, por ejemplo si este se produce al final de la estación de crecimiento es menos dañino para la planta. En el roble, una reducción del 75% del área foliar en primavera produce una reducción del 50% en la producción de madera. Si este mismo ataque se produce al final del verano, la reducción en la producción de madera es tan solo del 5%.
– Sobre la supervivencia: por lo general los herbívoros aumentan la susceptibilidad de una planta a la mortalidad, pero rara vez la matan ellos mismos, aunque hay excepciones. Por ejemplo, algunas ardillas, o el puercoespín, descortezan por completo la base de un árbol, de forma que destruyen los conductos del floema, interrumpen el flujo de savia y el árbol muere. También hay que tener en cuenta la frecuencia con la que se produce el herbivorismo: un aumento en el número de ataques puede tener efectos drásticos sobre las poblaciones de plantas. Por ejemplo, cuando los ataques de polillas al roble se producen una vez al año, la mortalidad es del 5%, pero cuando hay 3 ataques por año la mortalidad se incrementa hasta el 80%.
– Sobre la fecundidad: los efectos pueden ser directos, por el consumo de flores, frutos y semillas, o indirectos, si son efectos sobre el crecimiento pero que acaban afectando a la fecundidad.