Aislamiento geográfico
La separación de una población del resto de su especie, debido a las causas que sea, puede producir dos efectos en ella; uno, la extinción de la población por un exceso de endogamia y la falta de variabilidad genética para hacer frente a los cambios de su medio; o dos, la especiación, en determinadas ocasiones cuando una población queda aislada por deriva genética adquiere características propias diferenciales que convierten a esa población en una especie nueva. Las causas por las que una población puede separarse del resto de su especie son muy diversas. Posiblemente la más fácil de entender es la debida al aislamiento geográfico de la población. Esto puede generar tanto un aumento de la biodiversidad (si se da una nueva especie) o una disminución (si se extingue la población).
Cuando una población queda separada del resto por causas naturales, como la formación de un lago, una montaña, un incendio o por la acción humana, la construcción de una carretera o un núcleo urbano las poblaciones animales intercambian menos individuos y con ello disminuye su variabilidad genética. Como consecuencia de ello se produce un fenómeno conocido como deriva genética. En el cual, las variaciones de los genes de una población van disminuyendo tras cada generación debido al azar.
El aislamiento geográfico puede deberse a la colonización de una isla, con la que posteriormente se pierde la comunicación, o este se vuelve muy difícil. Este es el caso de las islas Galápagos y de los pinzones que inspiraron en parte al Dr. C. Darwin para escribir su libro sobre la evolución “El origen de las especies”. Cuando dos poblaciones de una especie se separan poco a poco van adquiriendo características que les permiten maximizar su eficacia biológica en el ambiente en el que se encuentran. Si permaneciesen unidas ambas poblaciones estas características serían las adecuadas a vivir en un rango geográfico más grande. Al reducir su localización la población puede especializarse más para sacar el mayor partido posible a la zona donde se encuentra. Por ejemplo, puede especializarse en comer una determinada planta que crece especialmente bien en su región. Posiblemente la especie originaria pudiese comer esa planta, y su dieta incluyese también otras plantas, pero el aislamiento y la oportunidad hicieron que se especializase en una planta determinada, como es el caso del oso panda y el bambú o del koala con el eucalipto.
No se ha averiguado si existe un número mínimo de individuos, o un factor de variabilidad genética, superficie de área de distribución o ningún otro factor que pueda determinar si una población al verse separada del resto de su especie va a extinguirse o a sufrir especiación, evolucionar en una nueva especie. Es por ello que muchas veces se intentan mantener las poblaciones de especies en peligro conectadas entre sí para ayudar a mantener la variabilidad genética de la especie, en lugar de confiar en la formación de nuevas especies debido a un proceso de separación geográfica. Para ello se suelen formar corredores biológicos, para permitir que los individuos de una población no queden separados entre sí.