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El hocico de los pug y la selección por hibridación

Publicado por Ramón Contreras

Los perros pequeños están de moda. Los pisos pequeños, el menor coste y la falta de compañía hacen que mucha gente opte por perros de pequeñas dimensiones. Entre ellos las razas pug, o carlino, y el bulldog francés son de las más compradas. Sin embargo, estos perros de hocico corto tienen severos problemas de respiración. Tanto es así que se ha calculado que su esperanza de vida es unos 3 años menos en comparación con perros de características similares pero con el hocico largo (como el pomerania). De hecho, las asociaciones veterinarias inglesa y australiana recomiendan no comprar este tipo de perros y la española aconseja a los criadores que les hagan pruebas médicas para asegurar que la descendencia será más o menos sana. La verdad es que alrededor del 50% de estos pequeños perros sufren problemas de respiración severos y la gran mayoría tendrá que someterse a cirugía para poder respirar con normalidad.

Los perros braquicéfalos, con el morro corto, han sido especialmente seleccionados durante el último siglo. En representaciones antiguas el bulldog francés o el pug tienen hocico. Todo ha sido cuestión de hibridar convenientemente a los animales para que mantuvieran una característica concreta. Pero esta filia por estos caracteres no viene de ahora, de forma tradicional existen caracteres que se han asociado con la domesticación de los perros y gatos, como son el hocico más corto, pero no solo eso, también encontramos las orejas caídas o pigmentaciones de la piel diferentes e incluso la pérdida de pigmentos en áreas extensas del cuerpo. Estos rasgos ya fueron descritos por Darwin y los denominó en conjunto el “síndrome de la domesticación”. Recientemente se han asociado a un menor número de células en la cresta neural. En el caso de los pugs podríamos decir que hay una domesticación extrema debido a su hocico prácticamente existente, aunque no se ha comprobado el número de células en la cresta neural.

Los rasgos que se seleccionan a veces son el resultado de la interacción de varios factores y otras de uno solo. En el caso de los pugs, los genes que controlan la longitud del hocico no son de “blanco o negro” morro corto o largo. El desarrollo de los huesos del cráneo viene influenciado por un conjunto de genes que dependiendo del tiempo de activación y de lo estable que sea la proteína que codifica dará una longitud mayor o menor. Sin embargo, siguiendo las leyes genéticas mendelianas no siempre es así. Algunos de los rasgos que se seleccionan están asociados a un gen concreto. Como el caso de los whippet, la apariencia musculosa o bully se consigue por una deleción (ausencia) de dos pares de bases en el gen MSTN. La misma deleción causa una apariencia similar en ganado ovino y bovino.

En la cria de perros, ya sea pugs, pastores alemanes o cualquier otra no está todo perdido. Tal y como se está seleccionando a los individuos con los morros más cortos para procrear, podría seleccionarse (y algunos criadores ya lo están haciendo) a los que tienen el morro más largo. De esta manera se podría recuperar el hocico de los pug y darles mejor calidad de vida. En la era de la medicina personalizada y la bioética con los animales parece un buen momento para empezar a seleccionar los rasgos en animales domésticos que les ayuden a ellos y no solo los que nos parezcan más adorables.