Océano Ártico
El océano Ártico es el más pequeño del planeta tierra. Sin embargo, debido a su localización tiene unas características únicas que lo convierten en un ecosistema diferente a cualquier otro del planeta. El océano Ártico se encuentra al norte del planeta y está delimitado por los continentes. Las costas de Rusia, Groenlandia o Canadá están bañadas por este océano. Curiosamente, el casquete polar se encuentra en este océano generando una superficie que contiene vida no marina en el océano.
Su climatología es extrema, los inviernos son completamente oscuros, pues el sol debido a la posición de la tierra nunca llega a salir del horizonte, mientras que en verano la luz es una constante de 24 horas. Evidentemente esto influye en las temperaturas de toda la región, siendo los inviernos muy fríos, con temperaturas medias de -50 grados centígrados, las precipitaciones durante este tiempo son casi nulas. En verano, la otra estación anual, las lluvias y las nevadas son constantes y las temperaturas rondan los 0 grados, aunque en la plataforma continental (Groenlandia o Alaska, por ejemplo), las temperaturas pueden llegar a los 30 grados y en el casquete polar la máxima es de tan solo 5 grados.
Con estas condiciones climatológicas las especies vivas en este ecosistema deben estar muy adaptadas para sobrevivir a estas condiciones tan duras de temperatura y disponibilidad de agua en estado líquido, raro en las costas de este océano o en las masas heladas emergidas. Se calcula que en el ártico se encuentran unas 400 especies de animales terrestres, adaptados a vivir a medio camino entre los hielos y el oceano, aunque algunas de ellas pueden migrar a regiones más cálidas durante los meses de invierno y aprovechan estas regiones para la cría, debido a que hay menos depredadores.
La capa de ozono que recubre el planeta, e impide la entrada de rayos UVA perjudiciales para la vida, es más tenue sobre el polo. Esto es uno de los principales factores del cambio climático que se da a nivel mundial. Sin embargo, es en el océano Ártico donde estos cambios son más drásticos. El aumento de temperaturas está descongelando el casquete polar, lo que supone que el agua del océano se está volviendo más dulce y por otro lado que los animales que usaban esa superficie congelada para vivir están perdiendo sus aéreas de distribución. El Ártico es el hábitat de muchos de los grandes cetáceos del planeta, sus aguas frías y ricas son el ambiente perfecto para ellas. Estos seres adaptados a unas condiciones de frio severo pueden llegar a tener capas de grasa de 50 centímetros para aislarse de la temperatura del agua.
Finalmente se cree que alrededor del 25% del petróleo y el gas de interés industrial del planeta se encuentran bajo las aguas del Ártico, su extracción, a parte de los posibles problemas ambientales que podría causar, es una fuente de debate entre los países que pueden reclamar parte de las aguas del océano, pues por convenio internacional el casquete polar no está bajo la soberanía de ningún país.