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Nunca fue tan peligroso ser activsta ecológico

Publicado por Ramón Contreras

Aunque no es costumbre de esta publicación dedicarse a temas de esta índole, la situación del activismo en el Amazonas es un reflejo de los problemas a los que se enfrentan los protectores del medio natural frente a los intereses exteriores. No solo el Amazonas tiene estos problemas, ecosistemas y modos de vida tradicionales por todo el mundo se encuentran en lucha para defender una tierra y unos usos respetuosos frente a otros poderes. La concienciación sobre la necesidad de proteger los ecosistemas es cada vez mayor y es cada vez más generalizada. Sin embargo, “entre el dicho y el hecho hay un trecho”. Ya comentamos hace un tiempo que varios países de Europa habían dejado de enviar ayudas a Brasil para proteger el Amazonas (puedes leer el artículo aquí) debido al uso que estos países consideraron que se hacía del dinero que se enviaba.

Una de las ONG a nivel mundial más relacionada con el activismo ecológico es Global Witness, que desde 2012 recopila el triste dato de los asesinatos de defensores del medio ambiente. El último año del que se tienen datos es 2020 y curiosamente es fue el más sangriento y peligroso de todos con 227 activistas muertos. Aunque el Amazonas es una bandera del activismo y el proteccionismo los países con mayor tasa de ataques fueron Colombia (con 65), México (30) y Filipinas (29), que en conjunto sumaron más de la mitad de todas las muertes. Colombia está en segundo año consecutivo liderando esta triste clasificación. Además, el confinamiento contra la COVID-19 hizo que la mayoría de ataques se produjeran en los domicilios particulares de los activistas. En lo que conocemos como el Sur Global, se produjeron 226 de los 227 asesinatos. Camboya, Sudáfrica, Brasil, Rep. Democrática del Congo, Guatemala, honduras, India, Indonesia, Irak, Uganda o Tailandia, son solo algunos de los países donde también se han producido muertes, unas más mediáticas que otras.

Los motivos de estos ataques son la defensa del territorio frente al expolio. Aunque muchas veces, o al menos en la imaginería mundial, se relacionan con la explotación forestal, también hay intereses por las aguas o los minerales de las zonas, por crear nuevas tierras de cultivo o caza furtiva. No obstante, en la mayoría de estas agresiones no puede señalarse a un determinado sector único que haya podido ser responsable de los actos. Aunque la mayoría de las personas (71% luchaban para proteger los bosques del mundo). Las comunidades más afectadas por estos ataques son las indígenas, que recibieron más de un tercio de estos ataques a pesar de representar un 5% de la población mundial. Pero no solo indígenas defienden los ecosistemas también son trabajos de riesgo los guardaparques y otros trabajos de funcionarios del estado relacionados con la protección del medio ambiente.

Este artículo no es un llamamiento, sino más bien un recordatorio al esfuerzo y la memoria de aquella gente que luchó por defender el planeta, la diversidad y los ecosistemas que contiene. El informe “Última línea de defensa” de la mencionada ONG puede dar los datos a todos los interesados en saber más sobre la lucha de estas personas.