Conocimiento ancestral ecológico del Monte Patagónico
Las comunidades rurales que viven en la región del Monte han sufrido cambios extremos en los escenarios sociales y ecológicos. La mayoría de ellos son sociedades agropastorales que viven en condiciones precarias y cuyas tierras muestran signos notables de degradación. Las plantas silvestres representan una parte importante de sus componentes dietéticos; es decir, estos recursos probablemente actúan como un amortiguador de sustento en períodos de escasez estacional.
El conocimiento etnobotánico de mayor importancia cultural y nutricional incluye el uso de muchas plantas silvestres como Prosopis spp., Schinus spp., Ephedra spp., Condalia y Larrea spp., entre otras. Desde tiempos ancestrales, estas especies xéricas se han utilizado como recursos comestibles, medicinales, de tintes, forrajes y combustibles. Muchas poblaciones rurales no solo mantienen el uso de plantas silvestres, sino que también practican la trashumancia del ganado, una tradición que tiende a reducir el pastoreo excesivo moviendo el ganado a distintas zonas, lo que permite la recuperación de las plantas preferidas. La trashumancia del ganado, se basa en el uso de parches en el paisaje, y contribuye a la utilización de una mayor riqueza y cantidad de plantas silvestres comestibles. Esta actividad, que solía ser una tradición familiar, parece estar cambiando dado que hoy en día se lleva a cabo principalmente por miembros de una sola familia.
En general, los habitantes del Monte aún conservan su conocimiento ecológico tradicional utilizando muchas especies de plantas silvestres para su subsistencia a pesar de las duras condiciones del desierto. Sin embargo, no parecen haber mantenido muchas otras prácticas resilientes. Por ejemplo, la práctica de la trashumancia del ganado está actualmente disminuyendo o se mantiene solo en ciertos lugares. Incluso cuando se lleva a cabo, tiene efectos de resistencia limitados debido a la degradación duradera de la tierra. La mayoría de estas comunidades podrían haber perdido otros conocimientos ancestrales sostenibles, adquiridos a través de cientos de años de aprendizaje cultural o experimentación de prueba y error. Este hecho pudo haberse relacionado inicialmente con la conquista española y luego con políticas nacionales consecutivas. Desde el inicio de esta ocupación de tierras, se ha establecido un modelo de dominación cultural, en el que el conocimiento local ha sido totalmente rechazado o ignorado. Este modelo de apropiación y redistribución de tierras productivas ha obligado a la mayoría de las comunidades rurales pobres a establecerse en áreas confinadas con pocas oportunidades de usar y desplegar su conocimiento ecológico tradicional como lo hicieron sus antepasados.
La acción colectiva y las instituciones locales han sido reconocidas como importantes para la conservación y el manejo de la biodiversidad. Se ha demostrado la utilidad de la participación comunitaria a través de la formación de grupos en todas las formas de intervención de desarrollo. Una integración entre la participación de la comunidad de los habitantes de Monte y los formuladores de políticas podrían apoyar la gestión colectiva de estos recursos que podría mejorar el uso de la tierra y reducir la desertificación y el pastoreo excesivo, al mismo tiempo que fomentan el desarrollo de prácticas sostenibles asociadas con el conocimiento ecológico tradicional.