Mecanismos de la sucesión ecológica
La facilitación es la alteración en las condiciones ambientales o de disponibilidad de recursos provocada por una especie, de tal forma que permite la entrada de otra especie o grupo de ellas.
Se considera que es más importante cuanto mayor es el estrés ambiental de un lugar: una especie B no puede entrar hasta que entra la especie A, que facilita su entrada por un cambio en las condiciones ambientales. Sin embargo, cuando hay poco estrés ambiental la relación suele ser de competencia entre B y A. B puede establecerse sin necesidad de que establezca A.
La inhibición es la exclusión por parte de las plantas preexistentes sobre nuevos propágalos que llegan a la comunidad. Por otro lado, la tolerancia se produce cuando las especies presentes ni inhiben negativamente ni facilitan positivamente el establecimiento y crecimiento de los individuos de otras especies.
En 1988, Tilman propuso la teoría de la competencia o hipótesis de la proporción de recursos. La sucesión se produce por los cambios relativos en la capacidad competitiva de las especies de plantas, al cambiar lentamente las condiciones y recursos en el tiempo. Los recursos por los que las plantas compiten son: nitrógeno y luz, cuya disponibilidad varía con el tiempo, nitrógeno, que es más limitante al principio de la sucesión, y según avanza va estando más disponible, y luz, que está más disponible al principio de la sucesión y después va siendo limitante.
Para Tilman, las plantas no pueden maximizar la captura de luz y nitrógeno simultáneamente. Si se invierte en biomasa subterránea se maximiza la captura de nitrógeno, y si se invierte en biomasa aérea se maximiza la entrada de luz.
Otros mecanismos que intervienen en la sucesión son los factores de historia de vida: conjunto de adaptaciones de las especies que permiten su persistencia en el espacio y en el tiempo. Un conjunto de adaptaciones serán más favorables en los primeros momentos de la sucesión y otros en otras, y determinarán por tanto las secuencias de las diferentes especies.
La predación también se puede considerar un mecanismo sucesional. Hablamos de la depredación verdadera, fundamentalmente a través del control de las poblaciones de herbívoros por sus depredadores, al herbivorismo y también al parasitismo, como factores que pueden llegar a afectar al curso de la sucesión, al determinar el éxito competitivo de las diferentes especies. Por ejemplo, los elefantes ejercen un control sobre la sabana africana, ya que la mantienen en un estadio permanente de sucesión juvenil e impedir la regeneración normal de árboles y arbustos. Si no hubiera elefantes, la sabana se transformaría en un bosque cerrado.