Estado de conservación en las Listas Rojas: Vulnerable
El estado de conservación de los seres vivos con los que convivimos es un tema de preocupación desde mediados del siglo XX. El avance de la colonización humana y el subsiguiente enfrentamiento a las necesidades vitales de las otras especies han llevado a que la mayoría de los seres vivos no cuenten con las mismas posibilidades de sobrevivir. Es cierto que en la historia evolutiva de los seres vivos las especies han ido y venido, apareciendo y desapareciendo. De hecho, muchas veces no lo han hecho paulatinamente, sino con grandes extinciones masivas en momentos puntuales. En la actualidad es posible que nos encontremos en un momento de gran biodiversidad, número de especies, y que toque un evento de desaparición masiva. La cuestión remanente es si este evento de extinción viene propiciado por el ser humano o no. La idea detrás del estudio de la conservación de las especies es prevenir, en la medida de lo posible, que la actuación humana sea la causa exclusiva de la extinción de una planta o animal.
Las Listas Rojas son un sistema de clasificación internacional creado por la UICN que cataloga a todas las especies animales y vegetales en 7 categorías según su riesgo de extinción. Ya hemos hablado en su propio artículo sobre los escalones menos preocupantes: Preocupación menor y casi amenazado (próximamente). Ahora hablaremos sobre el nivel más bajo de amenaza: vulnerable. Las especies vulnerables son aquellas que tienen una alta probabilidad para pasar a las especies en peligro de extinción, el estadio siguiente en nivel de amenaza y anterior a en peligro crítico.
En el recuento a nivel mundial de especies en estado vulnerable llevado a cabo en 2008 se contabilizaron 4.300 especies de animales y 4.600 de plantas. En esa edición se añadió varias especies a este grupo que habían estado en observación pero de las que no se tenía datos todavía.
Se consideran vulnerables todas las especies en las que en los últimos estudios las poblaciones han reducido su número de forma drástica o aquellas cuya área de distribución haya perdido kilómetros o continuidad. Esto quiere decir que si las poblaciones que forman la especie han perdido la capacidad de comunicarse entre sí por causas humanas, como creación de carreteras o núcleos urbanos que han separado poblaciones.
En realidad muchas especies que se consideran vulnerables se encuentran en zoológicos. Desde muchas de esas instalaciones se llevan a cabo estudios sobre estos animales y se intenta recuperar las poblaciones. Algunas de ellas son el elefante africano, el rinoceronte indio, la tortuga grande o el panda rojo. Entre los animales marinos encontramos el atún ojo grande o el tiburón blanco. Estas especies cuentan en la naturaleza con diferentes grados de protección dependiendo del país o la legislación comunitaria que los ampare. Muchas especies que no son vulnerables a nivel mundial sí lo son a nivel local por lo que puede ser que una especie se considerada vulnerable, y reciba ayudas a su repoblación, en una región y en otra donde las poblaciones son más sanas no necesite protegerse. En general, este es un momento clave para la supervivencia de las especies por lo que la intervención puede ser de gran ayuda para revertir la tendencia en la desaparición de estas especies.