Biología
Inicio Ecología Endemismo

Endemismo

Publicado por Ramón Contreras

En biología se entiende por endemismos a aquellas especies o taxones, animales o vegetales, originarias de un área geográfica limitada y que solo está presente en dicha área. En contra de lo que se cree comúnmente endemismo no es sinónimo de especie en extinción. Pero las características que rodean a dichas especies en muchas ocasiones hacen que así sea. Las especies endémicas al encontrarse solo en un área concreta son más vulnerables a la acción humana o a otros elementos ambientales que pueden desembocar en su perdida.

Esfuerzos de conservación actualizados

En los últimos años, los esfuerzos de conservación para proteger especies endémicas han visto un auge significativo. Programas como el de conservación del lince ibérico, considerado uno de los grandes éxitos en la península ibérica, han utilizado tecnologías avanzadas como la vigilancia por satélite y el manejo de hábitats para aumentar la población de estos felinos en su entorno natural. Del mismo modo, se han implementado reservas biológicas dedicadas y bancos de semillas que buscan proteger la flora endémica amenazada por la actividad humana.

Características: un filo endémico, normalmente una especie, se define como cualquier otra especie por diferencias con sus parientes más cercanos y la imposibilidad reproductiva entre ellos. Además de esto, su localización geográfica es muy importante, puesto que no solo ha dado pie al proceso de especiación sino que ha limitado la expansión de la especie en muchas ocasiones.

Impacto del cambio climático en las especies endémicas

El cambio climático está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre las especies endémicas. Las alteraciones en el clima están modificando los hábitats de estas especies, reduciendo su área de distribución y, en algunos casos, obligándolas a migrar a altitudes más altas donde el hábitat adecuado puede ser limitado. En algunas áreas, el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitaciones están llevando a la extinción local de especies que no pueden adaptarse rápidamente a estos cambios.

El linceibérico es uno de los endemismos más característicos de la peninsula ibérica

El linceibérico es uno de los endemismos más característicos de la península ibérica

Al estar tan solo en una localización del planeta y, por lo tanto, tener un territorio limitado, la especie puede llegar a un máximo de población muy inferior al de otras especies cosmopolitas.

Áreas frecuentes de endemismo: Las especies endémicas son más frecuentes, por no decir exclusivas, de zonas aisladas. Como islas naturales (rodeadas de agua) o geológicas, aquellas que aunque exista una continuidad de tierra o agua el paso está imposibilitado para la especie en cuestión, nos referimos a por ejemplo, a las cimas de las montañas y sus especies adaptadas a climas de alta montaña que no pueden ir de una cima a otra, los lagos o las cuevas que albergan especies exclusivas de ese ecosistema concreto debido a una especiación muy pronunciada. Pero no hace falta que exista una barrera tan clara, los Pirineos separan las poblaciones ibéricas y europeas, por lo que en la península ibérica hay una gran diversidad, puesto que las especies se diferenciaron de sus parientes por falta de contacto. Este proceso es muy común en islas, como en las Baleares, Canarias, las Galápagos o Madagascar (lugar excepcional, puesto que todos sus anfibios son endémicos, el 90% de los reptiles y del resto de grupos taxonómicos de plantas y animales más de la mitad).

El papel del endemismo en puntos críticos de biodiversidad

Los puntos críticos de biodiversidad se caracterizan por una concentración muy alta de especies endémicas, lo que resalta la importancia de proteger estas áreas como reservorios de biodiversidad. Estas regiones, aunque limitadas en extensión, albergan una riqueza significativa de flora y fauna que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Así, salvaguardar las especies endémicas no solo protege dichas especies, sino que también preserva la complejidad ecológica de estos ecosistemas únicos, que resultan determinantes en el equilibrio del planeta.

Ejemplos: los endemismos pueden ser especies muy concretas con unos pocos individuos en todo el mundo como el sapillo balear o ferreret (Alytes muletensis), una especie de sapo de unos centímetros que solo se encuentra en la Sierra de Tramuntana, en la isla de Mallorca. Por otro lado los endemismos pueden ser a niveles mayores, como los marsupiales. Existen dos grupos de marsupiales, Australidelphia, que pertenecen exclusivamente a Australia y son unas 200 especies distribuidas en varios órdenes y géneros, y Ameridelphia, endémicos de América del Sur, que comprende dos órdenes uno extinto, con tan solo 70 especies. Ambos tipos de marsupiales están emparentados pero hace millones de años que se separaron y se diferenciaron ambos entre ellos y del resto de mamíferos.

Estudios de caso de otras regiones

Más allá de la península ibérica, el Parque Nacional de Yellowstone en los Estados Unidos alberga al sapo boreal, otra especie endémica que enfrenta amenazas similares debido a la actividad humana y los cambios climáticos. En Nueva Zelanda, el kakapo, un loro nocturno endémico, ha estado al borde de la extinción, pero los esfuerzos de cría en cautiverio y reintroducción han logrado mantener la población al borde de la supervivencia. Estos ejemplos reflejan desafíos globales similares a los enfrentados por los endemismos ibéricos.

Los lugares en los que se encuentran los endemismos están relacionados con una alta biodiversidad, puesto que suelen ser lugares con alto número de especies propias.