Endemismo
En biología se entiende por endemismos a aquellas especies o taxones, animales o vegetales, originarias de un área geográfica limitada y que solo está presente en dicha área. En contra de lo que se cree comúnmente endemismo no es sinónimo de especie en extinción. Pero las características que rodean a dichas especies en muchas ocasiones hacen que así sea. Las especies endémicas al encontrarse solo en un área concreta son más vulnerables a la acción humana o a otros elementos ambientales que pueden desembocar en su perdida.
Características: un filo endémico, normalmente una especie, se define como cualquier otra especie por diferencias con sus parientes más cercanos y la imposibilidad reproductiva entre ellos. Además de esto su localización geográfica es muy importante, puesto que no solo ha dado pie al proceso de especiación sino que ha limitado la expansión de la especie en muchas ocasiones.
Al estar tan solo en una localización del planeta y por lo tanto tener un territorio limitado la especie puede llegar a un máximo de población muy inferior al de otras especies cosmopolitas.
Áreas frecuentes de endemismo: Las especies endémicas son más frecuentes, por no decir exclusivas, de zonas aisladas. Como islas naturales (rodeadas de agua) o geológicas, aquellas que aunque exista una continuidad de tierra o agua el paso está imposibilitado para la especie en cuestión, nos referimos a por ejemplo, a las cimas de las montañas y sus especies adaptadas a climas de alta montaña que no pueden ir de una cima a otra, los lagos o las cuevas que albergan especies exclusivas de ese ecosistema concreto debido a una especiación muy pronunciada. Pero no hace falta que exista una barrera tan clara, los Pirineos separan las poblaciones ibéricas y europeas, por lo que en la península ibérica hay una gran diversidad, puesto que las especies se diferenciaron de sus parientes por falta de contacto. Este proceso es muy común en islas, como en las Baleares, Canarias, las Galápagos o Madagascar (lugar excepcional, puesto que todos sus anfibios son endémicos, el 90% de los reptiles y del resto de grupos taxonómicos de plantas y animales más de la mitad).
Ejemplos: los endemismos pueden ser especies muy concretas con unos pocos individuos en todo el mundo como el sapillo balear o ferreret (Alytes muletensis), una especie de sapo de unos centímetros que solo se encuentra en la Sierra de Tramuntana, en la isla de Mallorca. Por otro lado los endemismos pueden ser a niveles mayores, como los marsupiales. Existen dos grupos de marsupiales, Australidelphia, que pertenecen exclusivamente a Australia y son unas 200 especies distribuidas en varios ordenes y géneros y Ameridelphia, endémicos de América del Sur, que comprende dos ordenes uno extinto, con tan solo 70 especies. Ambos tipos de marsupiales están emparentados pero hace millones de años que se separaron y se diferenciaron ambos entre ellos y del resto de mamíferos.
Los lugares en los que se encuentran los endemismos están relacionados con una alta biodiversidad, puesto que suelen ser lugares con alto número de especies propias.