Ecuador dice NO a la explotación petrolífera en el parque nacional de Yasuní
El parque de Yasuní en Ecuador es uno de los lugares más ricos en biodiversidad del planeta con 2.000 especies de árboles y arbustos, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 de peces entre otros organismos. La biodiversidad del parque se sigue estudiando y se describen nuevos seres vivos cada poco tiempo. Recientemente ha saltado a la palestra al contener en sus 1.682.000 hectáreas importantes reservas de petróleo.
Afortunadamente un referéndum llevado a cabo en el país a mediados de agosto de 2023 ha decidido que es más importante proteger la maravilla biológica que supone el parque que no explotar sus recursos petrolíferos. Con el 59% de los votos a favor de dejar las reservas petrolíferas en el subsuelo de forma indefinida Ecuador ha decidido aportar por un futuro sostenible para sus pueblos. El referéndum vino precedido de una larga campaña por parte de los pueblos indígenas y otros sectores sociales del país cercanos a la conservación activa de la naturaleza que llevaban décadas pidiendo por que se preguntase al pueblo ecuatoriano qué tenía que hacerse con estas reservas. De esta manera la empresa estatal de explotación petrolífera (Petroecuador) dejará sus actividades en el Bloque 43-ITT, lo que suponía el 11% de la producción nacional (y unos beneficios de 1.200 millones de dólares al año), pero mantendrá sus explotaciones en los bloques 16, 31 y 67 que lleva explotando desde hace 40 años bajo las más estrictas directrices de seguridad que han evitado vertidos en todo este tiempo. El país tendrá que hacer frente de alguna manera a la falta esa entrada económica en el plazo de un año, tiempo fijado para que se detenga la explotación.
El Parque Nacional Yasuní es una de las áreas protegidas más importantes de Ecuador y se encuentra en la región amazónica del país, además es el hogar de varias comunidades indígenas, como los Waorani, que han vivido en la región durante siglos y dependen del bosque para su subsistencia pero también son oriundos de este bosque amazónico pueblos indígenas en aislamiento voluntario como los tagaero, taromenane y dugakaeri. A pesar de su importancia ecológica y cultural, el parque se ha enfrentado, se enfrenta y posiblemente se volverá a enfrentar en el futuro a varias amenazas, como la explotación petrolera (que se ha detenido en esta ocasión) y la deforestación (uno de los males que afrontan los grandes bosques del planeta). Por suerte, el parque ofrece oportunidades para el turismo sostenible, lo que ayuda a preservar el medio ambiente y apoya a las comunidades locales. Estas iniciativas permiten seguir explotando la enorme riqueza de estos lugares (no solo de este parque natural, sino de los parques naturales en todo el mundo), con la ventaja de que sus recursos naturales no se agotan sino que son gestionados de manera sostenible para que se regeneren y de esta manera se puedan seguir disfrutando en años venideros.
El equilibrio entre el uso sostenible de los recursos y el desarrollo de un país es muchas veces un tema delicado en el que todas las partes tienen que poner algo para salir adelante. Esperemos que esta iniciativa a favor de la conservación de un espacio tan rico y diverso como es el Parque nacional de Yasuní.