2023: Año internacional del mijo, ¿el cereal del futuro?
Dentro del marco de las actuaciones de la ONU para cumplir con su famosa Agenda 2030 de sostenibilidad se están llevando a cabo muchas iniciativas que buscan crear conciencia y tendencia sobre hábitos de todo tipo, desde en el transporte hasta la nutrición, pasando por el consumo de todo tipo o nuestra manera de navegar por internet. En este marco es en el que en 2023 se celebra el Año internacional del mijo.
Bajo este nombre común se esconden diferentes especies vegetales emparentadas pero en distintos géneros (en orden de interés agrícola mijo perla Pennusetum glaucum, mijo menor Setaria italica, mijo común Panicum miliaceum, etc.). Esto es especialmente curioso si lo comparamos con los otros cereales más comercializados. En conjunto, estas especies se sitúan en el sexto puesto de especies vegetales más consumidas, por detrás del trigo, el arroz, el maíz, la cebada, el sorgo. Cada uno de estos cereales es una única especie o en el caso del arroz especies estrechamente emparentadas dentro del mismo género. Por lo tanto, el nombre de mijo es más agrícola que taxonómico.
Los mijos poseen características similares y que se prevé que serán de gran utilidad para dar de comer al mundo en los próximos años. Entre ellas está su alto contenido en proteínas o que son plantas C4, esto quiere decir que son especialmente resistentes al calor y a la sequía, por lo que en un futuro de crisis climática parecen adecuadas para su cultivo en gran parte del mundo. Los mijos son originarios de Asia y África, donde se empezaron a domesticar las distintas especies. Incluso en la prehistoria China el mijo llegó a ser más cultivado que el arroz (cultivo por excelencia en toda Asia en la actualidad). Actualmente el 55% de la población que consume mijo se encuentra en África, en Asia el 40% y en Europa el 3%.
Las Naciones Unidas han elegido el mijo como alimento del futuro por las características antes mencionadas. La climatología adversa, especialmente la sequía, se espera que asole el mundo durante el siglo XXI. De hecho, el mijo crece en condiciones semiáridas y con altas temperaturas, sus vainas no se desarrollarán si están húmedas. Comparado con los otros cereales, su producción es menor (menor rendimiento por hectárea cultivada). Pero las tierras donde se crece el mijo son imposibles para el trigo, el maíz y la cebada, sin hablar del sorgo o el arroz que necesitan campos semi inundados para crecer.
El problema de la producción espera solventarse gracias a la investigación de las diferentes especies. En comparación con el trigo o el arroz el mijo ha sido poco estudiado y poco mejorado. La variedad de especies de mijo también dan esperanzas a una mejora muy importante para aprovechar sus características de crecimiento, adaptarse a nuevos entornos de producción y mejorar su producción hasta los niveles de los otros cereales.
Este año 2023 el mijo es el protagonista para intentar mejorar su estudio y desarrollar especies más competitivas económicamente para prevenir los posibles problemas de alimentación de los 9.700 millones de personas que vivirán en la Tierra para el año 2050.