Centro Internacional de la Papa
La patata es uno de los 5 vegetales más cultivados del mundo, junto al maíz, el arroz, el trigo y el mijo representan el 95% de las calorías diarias de la dieta humana y de sus animales de granja. Su consumo es muy común y se considera emergente en los países que están en desarrollo debido a que obtiene un gran rendimiento de sus cultivos y el 80% de la planta es comestible. En la actualidad el principal consumidor y productor de patatas es China, donde su consumo empezó relativamente hace poco.
Los últimos estudios genéticos establecen el origen de la patata en las Islas de Chiloé. Desde ahí se extendió su área de distribución hasta Perú donde, en las montañas andinas, alcanzó una gran variabilidad. En la actualidad existen más de 3000 variedades autóctonas de las cordilleras peruanas que tan solo pueden ser cultivadas en sus montañas de origen, debido a las exigentes condiciones climáticas que necesitan para crecer, puesto que están adaptadas a las condiciones especiales de alta montaña que se dan en esa región.
Es por esto que en 1971 se establece en Perú, en la ciudad de Lima el Centro Internacional de la papa (CIP). En este centro científico de investigación se pretende estudiar la papa desde el punto molecular en todas sus variedades para profundizar en el conocimiento de uno de los vegetales más consumidos en el planeta. El centro surge con el objetivo de, mediante el estudio de la papa, ayudar a alcanzar el estado de seguridad alimentaria, bienestar e igualdad entre las personas. Además otra de las funciones primordiales del Centro es la conservación de semillas y tubérculos de todas las variedades de papa para su conservación. Además de la papa en el CIP se trabaja con otros tubérculos y raíces, como el camote o la yuca.
El CIP también se dedica a la formación de profesionales y técnicos en el cultivo y manejo de la papa y otros tubérculos. Para ello, ofrece una serie de programas de capacitación y talleres que buscan mejorar las prácticas agrícolas y promover la sostenibilidad en la producción de estos alimentos.
Además, el CIP lleva a cabo una serie de proyectos de investigación y desarrollo que buscan mejorar la productividad y la resistencia de la papa y otros tubérculos a las enfermedades y al cambio climático. Entre estos proyectos se incluyen la mejora genética de las variedades de papa, el desarrollo de técnicas de cultivo más eficientes y sostenibles, y la investigación sobre las enfermedades y plagas que afectan a estos cultivos.
Para ello cuenta con la colaboración de agricultores andinos y de otras regiones del Perú que trabajan en sus campos para mantener la proliferación de las diferentes variedades, más de tres mil, que están registradas en el Centro. Debido a la importancia de este cultivo que se está implantando en países africanos y asiáticos existen delegaciones y oficinas y colaboradores en otros países, por ejemplo en la región de Quito, Ecuador, aunque cuenta con personal de alrededor de 30 países en los 5 continentes.
En el CIP se intenta promover la mejora de rendimiento de los cultivos de la papa mediante diversos enfoques. El uso de una tecnología especializada forma parte de las iniciativas más importantes, aunque también se desarrollan estudios sobre el manejo de los recursos naturales al alcance de los agricultores, la mejora de las variedades mediante procedimientos genéticos, desde tradicionales a modernos o la implantación de mejoras en otros puntos del proceso de producción o almacenamiento de estos tubérculos.
Gracias a esta iniciativa ya se han logrado cultivos modificados genéticamente para resistir diferentes problemas agrícolas, desde la sequía y las heladas hasta diversas enfermedades comunes de este tipo de cultivo.