La importancia del viaje de Magallanes y Elcano para la botánica y la medicina: Los Jardines Botánicos
Estos días (el 6 de septiembre) se conmemora la vuelta al mundo que empezó Magallanes y acabó Elcano en 1522. Este hito no solo sería importante por ser una prueba irrefutable de que el mundo es esférico, sino que cambiaría el mundo para siempre de varias formas. En lo relativo a la biología, fue a partir de esa época que los imperios europeos empezaron a exportar e importar vegetales a escala interoceánica. Al convertirse los imperios en globales se dieron cuenta de que la alimentación de sus gentes no podía ser la misma en Galicia que en Río de la Plata, por la sencilla razón de que no había las mismas plantas a un lado y a otro del océano. Además, los médicos y farmacéuticos vieron con gran entusiasmo los nuevos territorios, pues era una fuente nueva de productos vegetales y animales que explorar para crear remedios contra enfermedades.
Tanto con usos agrícolas como por intereses médicos se crearon en muchos lugares de los imperios los Jardines Botánicos. Al principio se trajeron y llevaron diferentes plantas de un lado a otro, como intentar plantar trigo o arroz en el cono sur de América, o llevar a Europa las naranjas desde China o la patata desde los Andes. Sin embargo, muchas de ellas morían, ya fuera durante el viaje por mar o debido a las diferencias climáticas entre un lugar y otro. Los estudiosos de la época dedujeron, pues ya pasaba con plantas conocidas, que había plantas que necesitaban unas condiciones concretas para crecer e intentaron proporcionarlas en los jardines botánicos. Por ejemplo, las plantas que se llevaron de América a Europa solían pasar por los jardines botánicos de las Islas Canarias, con una climatología tropical, mucho más propicia para muchas de las plantas americanas que la de lugares europeos más al norte, como en el interior de Alemania, Francia o Reino Unido.
Tal vez el más famoso de todos los jardines botánicos sea una de las Siete Maravillas del mundo, Los Jardines Colgantes de Babilonia. Por supuesto, durante la época romana también existieron jardines con fines médicos y botánicos. Pero será a partir del siglo XVI, con la circunvalación del globo, cuando se conviertan en instituciones públicas y se desarrollen plenamente. Para acabar encontrando jardines botánicos florecientes en casi todo el territorio europeo en los siguientes dos siglos.
En la actualidad los jardines botánicos ya no cumplen esa función histórica de aclimatar plantas traídas de lugares remotos. La introducción de nuevas especies y variedades está muy vigilada para evitar la propagación de enfermedades y parásitos vegetales. Este tipo de movimientos vegetales se llevan a cabo en invernaderos con condiciones controladas y rigurosas para evitar catástrofes como la de la filoxera o la del virus de la papaya. En todo caso, los jardines botánicos siguen siendo un gran lugar para visitar. No solo por las bonitas vistas que proporcionan las diferentes y exóticas plantas, sino porque son lugares donde se conserva, investiga y divulga la importancia de diferentes plantas, ya sean de otras partes del mundo o endémicas de la zona donde se encuentra el jardín. Otro día hablaremos de los códices botánicos del nuevo mundo, tal vez el paso previo a los jardines botánicos, aquí (próximamente).