Biología
Inicio Botánica La avellana, ese fruto seco

La avellana, ese fruto seco

Publicado por Ramón Contreras

Se conoce como frutos secos a todos aquellos frutos con un bajo contenido en agua, menos de un 50%. Por el contrario estos frutos son ricos en grasas, aceites vegetales, y proteínas. La avellana, junto con la nuez y la almendra, es uno de los más comunes en la dieta humana. Su extendido consumo, sobretodo en Europa, es debido a su coste relativamente bajo y a su abundancia en recetas tradicionales.

Filogenia e historia evolutiva: la avellana, concretamente el árbol que la produce, el avellano común se conoce por el nombre científico Corylus avellana. El género taxonómico Corylus comprende alrededor de una docena de especies, comúnmente a todos ellos se les conoce como avellanos. Estas especies se encuentran recogidas en la Familia Betulaceae, las betuláceas. En el pasado los avellanos formaban su propia familia (Corylaceae), junto con otros 4 géneros. Aunque gracias a las nuevas técnicas de taxonomía por ADN se ha observado que pertenecen a la misma familia que las betuláceas. A su vez todos ellos se incluyen en el Orden Fagales, dentro de la Clase Magnoliopsida, de la División Magnoliophyta. Existen muchas variedades de avellanas. En ellas varia la maduración del fruto o de las flores.

Descripción: el avellano es un árbol de hoja caduca que alcanza poco menos de 10 metros, aunque casos excepcionales han llegado hasta los 15 m. La copa no es de forma definida y suelen aparecer las ramas desde la misma base del árbol. La corteza es marrón pálida y estriada. Las hojas son de morfología redondeada con el borde serrado con vellosidades tanto en el haz como en el envés. En el mismo árbol aparecen a principios de primavera, incluso antes del rebrote de las hojas, flores tanto masculinas como flores femeninas. Las flores masculinas más grandes y visibles (de hasta 12 cm) presentan un color amarillo pálido, mientras que las flores femeninas permanecen ocultas en la yema, apreciándose tan solo los estilos del pistilo de color rojo brillante. Las flores femeninas se reunen en grupos de hasta 5. El fruto, la avellana es de tipo nuez, con cascara marrón dura que se seca durante la maduración (7 a 8 meses).

Distribución y hábitat: el avellano común es originario del hemisferio norte. Concretamente de Eurasia. Sin embargo, debido a su interés económico su distribución actual es a nivel mundial. El árbol no es muy exigente, sin embargo suelos profundos y blandos mejoran su crecimiento. El pH del suelo puede ser entre 7,8 y 5,5. El avellano es sensible a la sequía, necesita bastante humedad. Es frecuente encontrarlo en Europa como parte del sotobosque de abetos normalmente de las zonas norteñas.

Las avellanas aparecen agrupadas en la base de las hojas.

Las avellanas aparecen agrupadas en la base de las hojas.

Interacción con el ser humano: No solo su fruto es de interés comercial. Sino que también su madera es muy apreciada por ser flexible y resistente. El UICN cataloga el avellano común en estado silvestre en estado de conservación de preocupación menor. El cultivo del avellano se conoce desde el siglo quinto a.C. En su cultivo y debido a la diferencia entre la maduración de la flor femenina y la masculina de una misma variedad es frecuente que se usen árboles de una variedad para fecundar otra. A nivel mundial Turquía es el principal productor de avellanas más del 75% (datos del 2008), en Europa los principales productores son Italia y España, que conjuntamente forman el 90% de la producción europea.