Bellotas: el fruto seco olvidado
Se denomina bellota al fruto de los árboles y arbustos del género Quercus. La encina, el roble o el quejigo son algunas de las especies más conocidas de este género. Estos árboles son de gran importancia puesto que forman la mayoría de bosques templados tanto de Europa y Asia como de América. Puedes leer más sobre el género Quercus en nuestro artículo aquí o sobre la encina, el representante principal del género en las zonas calidad de Europa, aquí .
La bellota es un fruto tipo aquenio, también denominado glande. Es de forma ovalada o lanceolada, de un color marrón brillante cuando está madura. Se caracteriza por ser seco con una envuelta dura o cascara. Son monocarpelados, tienen un único carpelo o pistilo (parte femenina de la flor). Por lo que contienen una única semilla. Hasta que maduran y muchas veces incluso una vez caídas del árbol las bellotas van protegidas por una cúpula rígida. Dependiendo de la especie la cúpula cubre todo o parte del fruto. En el árbol la bellota aparece en solitario, como las flores femeninas, rara vez en parejas. Las flores crecen en las axilas del brote y presentan cotiledones planos.
Dependiendo de la especie de Quercus la bellota tiene un aspecto diferente. Bien puede variar el tamaño, el tono de marrón, su sabor o la morfología del fruto o bien la morfología de las cúpulas o caperuzas que protegen al fruto inmaduro. Gracias a estas diferencias apreciables a simple vista los frutos de las especies del género Quercus reciben nombres propios normalmente relacionados con la especie de árbol del que proceden. Por ejemplo la bellota borde o coscoja tiene ese nombre porque es el fruto del coscojo (Quercus coccifera). Otras bellotas presentan diferentes características dependiendo de cuando maduren. Este el caso de las bellotas del alcornoque mediterráneo (Quercus suber). Sus bellotas se llaman migueleñas, brevas o primerizas, si maduran en septiembre, su aspecto es más alargado y su calibre mayor. Las segunderas, palomeras o tardías son las que maduran más tarde, hasta enero, cuando las heladas son más frecuentes. El aspecto de las bellotas palomeras es más recio, son de un calibre menor.
Las bellotas de la encina reciben diferentes nombres dependiendo de la subespecie a la que pertenecen, puesto que las bellotas dulces son el fruto de la encina (Q. ilex subespecie ballota) y las bellotas amargas (Q. ilez subsp. ilex).
Las bellotas se dispersan gracias a los animales que se comen las semillas. Muchos herbívoros se alimentan de ellas, desde los jabalíes o ciervos hasta las ardillas, que las almacenan durante el otoño para pasar el invierno. Si bien han formado parte de la dieta del ser humano desde que los Quercus tomaron Europa tras los deshielos del cuaternario en la actualidad son casi exclusivamente de consumo animal.
Aún se pueden encontrar licores o mermeladas de bellota, pero en general su uso ha desaparecido a favor de otros frutos secos cuyos árboles son de crecimiento más rápido o de mayor producción, o el fruto tiene un sabor más dulce.