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El Tamarindo, la legumbre que dio la vuelta al mundo

Publicado por Ramón Contreras

El tamarindo es uno de esos frutos exóticos que se mueve en los bordes de la gastronomía. Muy apreciado por algunos y casi desconocido por muchos el tamarindo se extiende poco a poco por todas las mesas y se acerca a todos los paladares con su sabor dulzón y su facilidad de transporte que de un tiempo a esta parte ha permitido su exportación desde los países productores. En estas regiones contadas del planeta la producción de esta legumbre no suponen un gran porcentaje de la producción agrícola. Pero la revolución de la cocina americana a nivel global es posible que la haga disparar en los gastrónomos más exigentes de lo auténtico.

Filogenia e historia evolutiva: el género Tamarindus incluye una única especie T. indica, el tamarindo. Esta se encuentra a su vez clasificada en la familia de las fabáceas, Fabaceae, que también ha recibido el nombre histórico de Leguminae, puesto que forma las legumbres. Un grupo caracterizado por sus frutos en vaina y sus flores con labios. Este grupo es muy extenso y de amplia aplicación agrícola. Taxonómicamente se recoge dentro de las Fabales, que recoge algo más de 15.000 especies. Finalmente, pertenece a la Clase Magnolipsida, grupo de gran éxito evolutivo que se incluye en la División Magnoliophyta, las angiospermas o plantas con flores, uno de los grupos más importantes en la actualidad del Reino Plantae.

Descripción física: El tamarindo puede llevar a ser un árbol de gran porte, más de 25 metros. Sus hojas siempre verdes son alternas y pinnadas, por lo que parecen muchas hojas en una rama. Sin embargo, sus folíolos se cuentan entre 15 y 20 y se distribuyen de forma par y opuestos sin ningún tipo de pedúnculo al nervio principal de la hoja. Las flores de pequeño tamaño son amarillas con rayas rojas. Como todas las leguminosas tienen flores asimétricas con dos tipos de pétalos (3 bien desarrollados y 2 poco desarrollados), que en esta ocasión se asocian con diversas brácteas. Los pétalos muy abiertos dejan al descubierto 3 estambres y el cáliz. El fruto es una vaina de tamaño variable entre 7 y 20 cm. De aspecto áspero y marrón en su interior hay un número variable de frutos que son ácidos antes de madurar y muy dulces tras ello.

Distribución y hábitat: el tamarindo es originario de África, se cree que Sudán fue la zona donde se originó. Desde allí se extendió hasta Yemen y todo el cabo Verde. Pero además dio el salto a Asia por Irán y la India, de donde se tiene constancia de su cultivo desde hace más de 2.000 años. En la actualidad se encuentra en toda Asia meridional y en Oceanía. En el continente americano crece bien en toda Sudamérica y hasta Méjico. Su crecimiento ideal para la agricultura se da en zonas de clima cálido, con inviernos de temperaturas moderadas (no resiste bien las heladas) y baja pluviosidad. En cuanto a los suelo tampoco pueden ser muy húmedos, así que tienen que tener buen drenaje. Las características del suelo a las que puede adaptarse el tamarindo son muy amplias lo que ha beneficiado su expansión.

Interacción con el ser humano: Méjico junto con el Caribe son las zonas de mayor producción a nivel mundial. Aunque se utiliza como ingrediente en algunos platos es en forma de zumo y refresco donde ha demostrado ser más afortunado y en la forma en la que más se consume.