Efectos directos e indirectos de la competencia en plantas
Históricamente, la mayoría de las investigaciones sobre competencia entre plantas se han centrado en los individuos y los efectos directos negativos de la competencia. Por ejemplo, la teoría de la asamblea comunitaria busca predecir cómo las interacciones competitivas directas entre las especies influyen en la estructura y la dinámica de las comunidades. Gran parte de esta teoría supone que la competencia entre plantas es transitiva, lo que significa que existe una jerarquía estricta en la capacidad competitiva entre todas las especies en un grupo determinado. El principal resultado conceptual de las reglas de ensamblaje jerárquico es que el mejor competidor en la jerarquía finalmente excluye competitivamente a todos los demás. Esto solo se evita en condiciones de no equilibrio, como perturbaciones, o cuando los consumidores o la heterogeneidad abiótica limitan el dominio competitivo.
Debido a que las plantas típicamente interactúan en un vecindario multiespecífico con muchos individuos, existe el potencial de que las interacciones indirectas sean un factor de apreciación subestimado pero importante. Las interacciones indirectas se producen cuando el impacto de una especie en otra está mediado por una tercera especie y, por lo tanto, ocurre solo entre grupos de especies. Las interacciones indirectas pueden ser importantes porque pueden conducir a una competencia no transitiva, que es una alternativa a las reglas de ensamblaje jerárquico. Las interacciones indirectas pueden ocurrir dentro o a través de niveles tróficos y pueden tener efectos positivos o negativos en las especies. La competencia no transitiva surge a través de una serie de interacciones en parejas de casos especiales que forman un circuito competitivo (por ejemplo, piedra, papel o tijera). Los bucles competitivos, descritos matemáticamente como A> B, B> C, pero C> A, dan como resultado que la especie C tenga un efecto positivo indirecto sobre la especie B a través de un efecto negativo directo sobre la especie A. Los bucles competitivos pueden variar en longitud e intensidad y pueden anidarse entre grupos de especies, todos los factores que influyen en el impacto general de la competencia no transitiva en la estructura de la comunidad. Es importante destacar que la competencia no transitiva puede contrarrestar el principio de exclusión competitiva.
La competencia no transitiva y su efecto en el ensamblaje de la comunidad de plantas tiene un fuerte respaldo teórico. Por ejemplo, los modelos indican que las interacciones no transitivas entre grupos de competidores crean una forma de facilitación indirecta que puede promover o mantener la coexistencia entre competidores. Se ha sugerido que la competencia no transitiva es probable que sea generalizada y común, pero en gran medida dependiente de la heterogeneidad abiótica temporal. Por lo tanto, la competencia no transitiva entre plantas puede ser un producto de la condicionalidad de las interacciones ecológicas y no de la capacidad competitiva estricta de las especies individuales. A pesar del fuerte apoyo teórico, se ha encontrado muy poco apoyo experimental para las interacciones no transitivas entre plantas. Además, las interacciones competitivas entre grupos de especies también pueden resultar en efectos indirectos positivos sin la formación de bucles competitivos.