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La sangre azul del cangrejo herradura

Publicado por Ramón Contreras

El cangrejo cacerola o herradura, Limolius poliphemus, es uno de los seres vivos más antiguos que todavía dejan su huella sobre las playas de la Tierra. De este cangrejo que en realidad está más emparentado con los arácnidos puedes leer más sobre su descripción o su hábitat aquí.

Estos cangrejos han sido cazados durante mucho tiempo para comerse su carne, siendo en el sudeste asiático considerado como una comida gourmet. Sin embargo, de un tiempo a esta parte otros intereses han puesto en peligro a los individuos de esta vieja especie. Estos cangrejos han evolucionado o dejado de evolucionar hace más de 400 millones de años, el 75% del tiempo del que se tiene constancia de que ha habido vida en la tierra, es por eso que su sistema de defensa frente a infecciones nos resulta tan diferente y extraordinario, por lo eficaz que es.

Los cangrejos cacerola no tienen sistema inmune. No obstante, no enferman nunca, ¿cómo son capaces de hacer eso? En el agua las bacterias llenan cada centímetro cúbico de líquido en el que vive el cangrejo, pero nunca llegan a infectarle. La sangre del cangrejo posee un componente capaz de agregarse a todos los elementos extraños que entren en su sangre, formando coágulos y mediante la acción enzimática disolver las partículas extrañas. Este sistema inmune tan sencillo le ha funcionado perfectamente y al mismo tiempo ha sido la causa de que se capturen para obtener su sangre.

La industria médica utiliza extractos de su sangre para comprobar que los compuestos que se sintetizan están libres de cualquier tipo de bacteria o toxina. Además estudios recientes han demostrado que su poder de coagulación también permite detectar en tan solo unos segundos enfermedades como la meningitis B o el cáncer. Con tan solo unas gotas de un producto obtenido de la sangre de estos cangrejos se puede ver si coagula en el medicamento o la muestra de sangre a testear. Uno de los problemas fundamentales de este método tan eficaz de detección de contaminaciones es que se mata a los cangrejos cacerola en el proceso. Se les corta la cola y se las desangra para obtener toda su sangre. De esta manera cada poco tiempo se han de capturar nuevos individuos para volver a empezar todo el proceso. Este hecho parece ser parte del problema que tiene esta especie para sobrevivir, puesto que cada año quedan menos miembros.

Existe una iniciativa para cambiar los métodos de extracción de la sangre, que no tenga como consecuencia la muerte de los individuos, o la producción de los compuestos coagulantes de la sangre de estos cangrejos de forma sintética, aunque hasta la fecha los compuestos esenciales para ello han sido poco estudiados. En esta línea se ha empezado a llevar a cabo una pesca semanal de cangrejos a los que se les extrae tan solo el 30% de su sangre una vez al año y se les devuelve al mar.

El extracto de su sangre se denomina Limulus Amebocyte Lysate o LAL y se basa en los amebocitos de la sangre del cangrejo y reconoce componentes de la membrana de bacterias gram negativas.