Excipientes
Tanto la industria farmacéutica como la alimentaria emplean distintos compuestos para preservar, dar color o un soporte a sus productos. En la formulación de los ingredientes de muchos alimentos o fármacos aparecen estos compuestos bajo el nombre de excipientes, aunque también pueden aparecer como colorantes, conservantes, aglutinantes y un largo etcétera dependiendo de la industria. Los excipientes son los elementos que muchas veces aparecen como “E-número”, por ejemplo el E-400 es ácido algínico, un compuesto obtenido de algas verdes que se usa como espumante y gelificante en cocina.
Los excipientes pueden definirse como todos los compuestos no esenciales de un fármaco, aunque también pueden denominarse aditivos y en los alimentos los excipientes son aquellos compuestos que no son el alimento en sí, por ejemplo la carne procesada suele llevar conservantes para aguantar envasada más tiempo y muchas veces colorante para que mantenga un color rojo atractivo, incluso la proteína vegetal que lleva muchas veces (de guisante o de soja) puede considerarse un excipiente o soporte en la carne picada, puesto que su único propósito es abaratar la carne.
En el caso de los fármacos, la cantidad de compuesto activo que se ha de tomar es muy pequeña, a lo mejor un mg, o tan solo medio, es por eso que se suele añadir algún tipo de componente, como lactosa o azucares o almidones para hacer la pastilla más grande y que sea más manejable. Además, muchos medicamentos llevan correctores del sabor en un intento de que no se note el sabor normalmente amargo del compuesto activo, cosa que muchas veces no consiguen. Otros excipientes presentes en los medicamentos pueden estar diseñados para preservar el principio activo. Éste suele estar purificado y para evitar su degradación u oxidación se mezcla con compuestos que se unen a él y mantienen en buen estado las moléculas durante más tiempo. Uno de los excipientes mejores es el agua, disolvente universal, de hecho casi todos los jarabes y similares tienen un alto contenido en agua. Mientras que otros fármacos, dejan que sea el usuario el que añada este excipiente en casa, para facilitar la toma.
Los excipientes pueden clasificarse en: aglutinantes si ayudan a mantener unidos los componentes del fármaco. Diluyentes: si su cometido es generar un mayor volumen. Lubricantes: evitan el apelmazamiento. Disgregantes: se usan para mejorar la solubilidad del medicamente. Recubridores: las películas que cubren las pastillas. Saborizantes, colorantes y edulcorantes: su misión es enmascarar el sabor del medicamente para que su ingesta sea tolerable al paladar humano.
En la industria alimentaria los excipientes pueden denominarse aditivos alimentarios y aunque tienen las mismas funciones se clasifican de manera diferente. La Comunidad Económica Europea (CEE) tiene su propia lista de clasificación, y si buscas “números E” podrás encontrar fácilmente una lista detallada de todos ellos. Para saber los ingredientes en otros códigos que no sean el europeo deberás averiguar en primer lugar dónde se ha producido el producto. La lista clasifica los excipientes desde E-100 hasta E-999, agrupando los excipientes por categorías y dejando números sin usar entre medias para poder ir añadiendo en caso necesario nuevos excipientes.