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Chitosán o quitosano: bueno para las plantas pero ¿para perder peso?

Publicado por Ramón Contreras

El chitosán o quitosano es un extracto de crustáceos que está teniendo cada vez más presencia en los mercados. Sus usos son múltiples y abarcan un gran rango de aplicaciones. Sin embargo, y como pasa con casi todos los productos, la irrupción del chitosán en nuestras vidas viene por su supuesto uso en la dieta. Se vende en distintos formatos bajo la premisa que ayuda a reducir el colesterol y las grasas. Vamos a ver su origen y algunos de los usos que tiene este producto.

Si creías que las cáscaras de las gambas que compras peladas en el supermercado se tiraba estás equivocado. Las cáscaras de gambas, otros crustáceos e incluso insectos se muelen hasta hacer un polvo blanco que es la base del quitosano. El elemento de interés es la quitina, la base de los esqueletos exteriores o cáscaras de todos estos animales. Posteriormente, se le hace un tratamiento químico para quitarle grupos acetilo. Dependiendo del tratamiento se pueden quitar entre el 60% y el 100% de los grupos acetilo. El resultado es un polímero de β-(1-4) D-glucosamina (unidades desacetiladas) y N-acetil-D-glucosamina (unidad acetilada), es decir, cadenas de esos dos aminoácidos que intercalan una unidad con el grupo acetilo (unidades acetiladas) con unidades sin el grupo acetilo (desacetiladas).

Desde que se descubrió allá por 1859 se ha aplicado a muchas industrias. La agricultura es el principal consumidor de este producto. El quitosano se emplea para evitar la propagación de hongos en las raíces de las plantas y, por lo tanto, mejora su crecimiento. Mezclado con el abono, se distribuye por la tierra tanto de plantas de interior como de exterior. Los análisis llevados a cabo han mostrado que es inocuo para la planta y que no se acumula en los frutos (por lo que puede usarse en cultivos destinados a la alimentación).

El quitosano ha demostrado ser un buen polímero para la fabricación 3D, con él se pueden hacer diversos objetos degradables y que retrasan la aparición de hongos en la comida, como alternativa al uso de plásticos. Se puede emplear también en plantas depuradoras para eliminar partículas en suspensión, un ejemplo de esto es el quitosano de hongos empleado para la floculación de partículas en suspensión de cerveza o vino, además de retirar otras moléculas del vino que causan oxidación. Esto es posible gracias a que tiene carga positiva (que se pegarán a las cargas negativas de las partículas). Esto hace que además pueda emplearse como adhesivo biológico o como vehículo de principios activos en medicina. En determinados cánceres se ha empleado para acarrear medicamentos e incluso genes enteros (para expresar proteínas anticancerígenas) dentro de células infectadas.

Finalmente, ya hemos comentado que se vende como complemento alimentario para la dieta (no como fármaco). En 2008 y 2016 se hicieron pruebas para ver la eficacia del chitosán (nombre comercial con el que se vende) tenía efecto para reducir el colesterol u otros tipos de grasa. Los resultados fueron contundentes, no hay efectos significativos en el uso de chitosán en la dieta para perder peso, por lo que no se justifica el uso de chitosán en gente con sobrepeso.