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Grelina: la hormona que te impide hacer dieta en verano

Publicado por Ramón Contreras

Todos hemos experimentado un hambre supina cuando hemos ido a la playa, a la piscina o a la montaña, y es que parece que cuando uno está de vacaciones tiene más hambre. Todo está más rico cuando uno lo degusta rodeado de la naturaleza. Pero detrás de esta sensación de voracidad que nos inunda cuando estamos al aire libre hay varios factores. Uno de ellos es evidentemente que cuando vamos a la naturaleza estamos realizando ejercicio físico. Pero aquellos que van al gimnasio durante la semana también habrán notado que durante las escapadas de fin de semana hay algo más. Algo que les hace tener más hambre a pesar del cambio de actividad. Después del aumento del ejercicio, lo siguiente más importante es la relajación. Cuando el cuerpo está en situaciones de estrés, limita la ingesta de alimento. Comer alimento y procesarlo bien durante la digestión puede bajar los sistemas de alerta frente a peligros, por lo que en situaciones estresantes el cuerpo opta por evitar comer suprimiendo el hambre.

Todo esto, el hambre por hacer ejercicio, o por situaciones de relajación está controlado por hormonas. Sustancias químicas que nosotros mismos generamos en unos órganos y que llegan a otros órganos por la sangre y que causan alteraciones en su funcionamiento. “No tienes hambre” o “come más que ahora podemos” son las traducciones más acertadas que podemos hacer a las señales que dan algunas de estas hormonas. Una de las hormonas responsable de esto es la grelina. Como todas las hormonas, su secreción está controlada por los ritmos diarios que llevamos. Antes de comer el estómago la secreción aumenta de esta hormona (se libera más grelina a la sangre y llega más a los intestinos) de esta manera aumenta el hambre justo antes de las horas que tenemos por rutina comer. Esta hormona favorece el metabolismo energético, el consumo de energía por los músculos. La grelina aumenta el apetito, por lo que nos volvemos comedores voraces cuando se dispara su liberación.

Aunque está presente en todos los mamíferos, ha sido mejor estudiada en roedores, como modelo, y en humanos. Curiosamente, en las mujeres se han detectado unas concentraciones de grelina en la sangre mayores que en los hombres. Mientras que los hombres ven aumentada mucho más la grelina antes de las horas de comer. Esto podría resumirse en que las mujeres tienen hambre durante todo el día y que a los hombres les sobreviene un hambre canina a las horas de comer. Esto explica los diferentes hábitos de alimentación que acabamos desarrollando hombres y mujeres.

Pero es que además, los hombres ven todavía más incrementada esta hormona cuando se exponen al sol, casi hasta los niveles normales de las mujeres, mientras que el aumento de la grelina en las mujeres cuando toman el sol es mucho menos. Esto provoca que cuando un hombre se pasa el día al sol y luego llegue la hora de comer, tenga todavía más hambre de lo normal. Esto explica en parte por qué cuando vamos a la playa a pesar de no haber hecho mucho ejercicio, tengamos un hambre desmedida y acabemos el verano todos con algunos kilos de más debido a los excesos de las vacaciones.