Comunicación celular en organismos pluricelulares
Una de las características indispensables para la supervivencia de los seres vivos es la capacidad de recibir e interpretar las variaciones de su ambiente, ya sea a nivel, físico o químico. Todos los seres vivos son capaces de ello, reciben la información mediante sus sentidos, procesan la información y generan una respuesta acorde con la situación. Tanto los seres unicelulares como los pluricelulares son capaces de interaccionar con el entorno. Sin embargo, la reacción de los seres pluricelulares será más compleja, puesto que han de coordinar varios tipos celulares para dar una respuesta única. En ese aspecto los seres unicelulares responderán frecuentemente con el movimiento de todo o parte de su cuerpo. Puedes leer más sobre ello en su propio artículo aquí.
Dentro del rico mundo de la percepción de estímulos podemos hablar de la comunicación celular. Todos los seres son capaces de emitir y recibir señales. En los seres pluricelulares existen diferentes vías de comunicación dependiendo de la proximidad de la célula emisora y la receptora o del tipo de molécula empleada para enviar la información. En un organismo pluricelular tenemos diferentes tipos de células que deben funcionar conjuntamente. Para ello han de enviar señales entre los diferentes tipos para conseguir respuestas específicas de cada uno de ellos.
Las células de un mismo organismo pueden comunicarse por 4 sistemas diferentes basados en la secreción de moléculas, que denominamos comúnmente hormonas:
Los sistemas paracrinos son aquellos que la célula emisora y la receptora se encuentran cerca una de otra. A pesar de ello, no existe un canal específico para la comunicación de las dos células. La emisora secreta la señal al medio extracelular y por difusión la señal le llega a la célula receptora. Aunque a veces esta señal puede circular por el sistema circulatorio las células objetivo suelen encontrarse en el mismo tejido que las emisoras. Este es el caso de la emisión de neurotransmisores entre el hipotálamo y la hipófisis.
En oposición a la comunicación paracrina tenemos la endocrina. En este caso la célula emisora de la señal se encuentra alejada de la célula receptora. Normalmente a la señal emitida se le denomina hormona y viaja por el torrente sanguíneo hasta alcanzar su célula objetivo, aunque muchas veces tiene que recorrer el cuerpo entero para alcanzarla. Además, las hormonas tienen mayor duracion en el tiempo. Es decir, una vez liberadas en la sangre siguen allí hasta que la señal alcance a sus receptores.
Los sistemas autocrinos hacen referencia a las ocasiones en las que la célula emisora y la receptora es la misma. Este es el caso de las neuronas, cuando el impulso nervioso avanza por los axones y se libera al exterior celular es la misma célula la que recibe el impulso y lo internaliza.
La comunicación yuxtacrina es la más estrecha de todas. Se da entre dos células que están físicamente unidas. En esta ocasión las células que participan forman parte del mismo tejido y sus proteínas de membrana están interaccionando unas con otras. En muchas ocasiones comparten proteínas de anclaje. Estas uniones pueden ser de tipo gap, o más estrechas llegando a formar auténticos poros a través de los cuales el material citoplasmático fluye libremente.