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Por qué todos deberíamos conocer la Reanimación cardiopulmonar

Publicado por Ramón Contreras

La línea que separa la vida y la muerte cada vez es más difusa. En la actualidad se considera una muerte solo cuando se da muerte cerebral. El corazón puede dejar de latir, los pulmones pueden dejar de respirar, y aun así gracias a las técnicas de reanimación cardiopulmonar que se han desarrollado en los últimos siglos es posible traer de la muerte a una persona. Sin embargo, cuando el cerebro deja de transmitir sus impulsos nerviosos, ya no hay nada que hacer y ese parece ser el límite actual de la ciencia de recuperar la vida en un cuerpo muerto. La reanimación cardiopulmonar (RCP) actual es la evolución de una técnica que se ha estudiado y refinado en los últimos cien años. Gracias a esta técnica se podrían salvar potencialmente 3 millones de personas al año, según datos de la Organización mundial de la salud.

Aprender RCP puede ayudar a salvar vidas cuando menos te lo esperas

Formas toscas de reanimación con boca a boca se conocen desde tiempos bíblicos y durante la edad media grandes médicos como Paracelso o Vesalio realizaron inscribes experimentos en los que demostraban cómo se podía mantener la respiración de una persona o un animal con métodos artificiales de tal manera que siguiera con vida. Estudios más modernos del siglo XVIII desembocaron en que las sociedades médicas de varias ciudades de Europa y América recomendasen el boca a boca para las personas ahogadas.

Desde entonces se hicieron diversas aproximaciones a la reanimación cardíaca y diferentes formas de expulsar el agua de los pulmones. Todo se desarrolló para conseguir la actual técnica de RCP que empezó a usarse de manera más o menos homologada a partir de 1901, iniciado por el médico noruego K. Igelsrud.

No pasaron muchos años hasta que se descubrió que podía hacerse latir un corazón dándole impulsos eléctricos, lo que llevó a la incorporación de la segunda parte del RCP, la desfibrilación. Pasa más de medio siglo hasta que se consigue estandarizar el proceso y para 1966 se editan manuales para “Resurci anne”.

En la actualidad, la OMS recomienda que toda la población tenga conocimientos básicos para poder realizar la maniobra en caso necesario, puesto que alrededor del 70% de los paros cardíacos ocurren fuera del hospital, donde el personal especializado puede salvar la vida del paciente. En concreto, se está trabajando en muchos países para que haya una persona con conocimientos de este tipo en los lugares más habituales, como pueden ser colegios o restaurantes, por ser sitios donde se congrega mucha gente. Si no has recibido preparación paramédica de ningún tipo, se aconseja que tan solo hagas entre 100 y 120 compresiones torácicas por minuto para seguir estimulando la circulación sanguínea. De esta manera, la sangre seguirá circulando hasta el cerebro, que consumirá el oxígeno remanente en la sangre hasta que lleguen un equipo de auxilio.

El RCP es una técnica fácil de aplicar y que puede salvar o devolver muchas vidas. Cuando alguien es resucitado usando esta técnica no es un milagro, sino el fruto de cientos de años de desarrollo médico que ha buscado la manera de salvar vidas.