Agricultura ecológica
El concepto de agricultura ecológica es moderno y en principio está regulado por cada país (en la Unión Europea desde 2009). En ocasiones puede denominarse erróneamente agricultura orgánica o biológica, puesto que todos los tipos de agricultura son orgánicas y biológicas. Muchas naciones han desarrollado un sello, no de calidad, sino de reconocimiento con el que avalar que un producto ha sido creado siguiendo lo que la legislación del país considera que se puede llamar ecológico. Como han demostrado los diversos estudios llevados a cabo por instituciones científicas independientes y no afines a ninguna idea los productos obtenidos mediante este tipo de agricultura no son ni más saludables, ni cuentan con mejores propiedades organolépticas ni se diferencian en ninguna característica fundamental de su contrapartida obtenida en otros tipos de agricultura.
La agricultura ecológica tiene como principio la reducción de pesticidas, herbicidas y cualquier tipo de ayuda moderna al mantenimiento y a la producción del cultivo. Si bien es cierto que algunos tipos de estos productos y de abonos no están permitidos en la agricultura ecológica, otros pesticidas y abonos obtenidos por procedimientos no tan eficientes pero sí más naturales pueden emplearse.
La idea de la agricultura ecológica surge de la sobreexplotación de los cultivos a raíz de la revolución industrial del campo cuyo objetivo es conseguir una mayor producción y unos cultivos de mayor calidad y mejor aspecto. El uso intensivo del suelo lleva inevitablemente a que se acaben los nutrientes del mismo antes de que los propios procesos ambientales sean capaces de reponer los nutrientes .Es por esto que en a agricultura intensiva es necesario añadir nuevos nutrientes para mantener la producción de alimentos constante. Tradicionalmente esto se ha hecho abonando el suelo y cuidando los cultivos contra las diversas enfermedades que pueden padecer. El aumento de los conocimientos sobre los nutrientes necesarios por las diversas plantas de interés humano ha llevado a la síntesis de abonos específicos para los cultivos en contraposición a los abonos tradicionales. El mal uso de los abonos industriales genera graves problemas de contaminación del suelo y de las aguas (motivo entre otros de la aparición de la agricultura ecológica).
La agricultura ecológica intenta mediante la rotación de cultivos, el uso de técnicas tradicionales de cuidado de las plantas la obtención de alimentos intentando reducir al máximo el impacto generado por la agricultura en el entorno (suelo, agua freática, poblaciones silvestres de aves e insectos). A su vez este tipo de agricultura promueve el uso de cultivos tradicionales de las regiones, cepas mejor adaptadas a las condiciones abióticas y bióticas de cada región con el fin de mejorar el rendimiento de sus producciones. Cabe decir que el uso de organismos genéticamente modificados está prohibido para este tipo de agricultura, aunque en muchos países tampoco se utilizan en la agricultura de otros tipos.
La agricultura ecológica obtiene unos bajos resultados por superficie. La producción por metro cuadrado es obviamente más baja que en explotaciones agrícolas que emplean productos modernos para cuidar de las plantas. Lo que hace que la agricultura ecológica en conjunto sea de tipo extensivo (debido a la extensión de tierra mayor que tienen que ocupar para obtener la misma cantidad de alimento que una finca normal). La baja producción de este tipo de explotaciones (debido a la falta de exceso de nutrientes y a la mayor presencia de plagas) y el aumento del cuidado de las plantas que requiere hace que en general estos productos sean más caros cuando llegan al consumidor.