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Vitamina A o retinol

Publicado por Ramón Contreras

Las vitaminas son moléculas indispensables para el metabolismo del individuo, sin los que el cuerpo no puede funcionar correctamente, pero que sin embargo, el organismo no es capaz de producirlos por sí mismo y por lo tanto deben consumirse en la dieta. Las vitaminas son diferentes para cada especie de ser vivo, en el ser humano hay unas 21 vitaminas, aunque existen algunos compuestos denominados provitaminas, puesto que son necesarios para al menos una parte del metabolismo de síntesis de estos compuestos.

Una de las vitaminas más común en la dieta es la vitamina A, en realidad el compuesto es el retinol, un compuesto químico que se forma a partir del caroteno, que se adquiere en la dieta. Lee más del caroteno en su artículo aquí. El retinol es un compuesto liposoluble, y dependiendo de su conformación química (retinol, retinal o ácido retinoico) tiene diferentes funciones.

En el intestino delgado el beta caroteno es transformado en retinol que viaja por el torrente sanguíneo hasta el hígado donde será almacenado hasta su utilización. El retinol tiene coloración, es un pigmento, y es necesario en la visión concretamente en la retina, de ahí su nombre. En las células de la retina, en los bastones, se oxida a 11 cis retinal y posteriormente se une a la opsina para formar la rodopsina, una proteína capaz de captar fotones y emitirlos, generando un impulso nervioso, generando la visión en blanco y negro. Además la vitamina A es importante para la producción de anticuerpos para resistir infecciones, favorece el crecimiento de los huesos y el del tejido epitelial, así como es esencial para el correcto desarrollo de los ojos.

La vitamina A está fuertemente relacionada con el sistema inmune, su deficiencia disminuye la respuesta innata del organismo, en parte esto parece deberse a que afecta a la formación de las mucosas. En estudios con ratones a los que se les generó una deficiencia de vitamina A se observó que las células formadoras de las mucosas tenían problemas de división y las mucosas se queratinizaban, siendo más fácil traspasar las mucosas para los patógenos (estudios posteriores demostraron que la vitamina A suplementada ayudaba a disminuir las infecciones bacterianas y víricas).

Por otra parte la deficiencia de Vitamina A también se ha relacionado con la atrofia del tejido linfoide (disminución del timo y el bazo). Resultando en una deficiencia en la generación de nuevos linfocitos, especialmente los linfocitos T. el ácido retinoico interviene positivamente en la transcripción de la interleucina, proteína necesaria en la respuesta de anticuerpos de células T. también se ha relacionado los niveles bajos de vitamina A con una menor actividad de la respuesta del complemento o la capacidad de fagocitar de los fagocitos y una menor producción de lisozimas, que el cuerpo intenta compensar con una mayor generación de células fagocíticas.

La falta de vitamina A también se ha visto que causa una respuesta inflamatoria mayor, activando intensamente la actividad de los macrófagos y la síntesis de grandes cantidades de citosinas, un proinflamatorio que desencadena la síntesis de especies reactivas de oxígeno usadas para acabar con la posible infección.