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Fontanelas del recién nacido

Publicado por Pablo Morales

El cráneo está formado por placas óseas, que se unen mediante las suturas para formar una cavidad ósea sólida para proteger el cerebro y soportar las estructuras de la cabeza.

Los huesos del cráneo no están unidos firmemente en el momento del nacimiento, para permitir que la cabeza del bebé se deforme ligeramente y pueda atravesar el canal de parto.  Entonces, el bebé recién nacido presente en su cráneo zonas blandas, membranosas, que no han sido mineralizadas aún. Estas zonas son las llamadas fontanelas del recién nacido.  Permiten que la cabeza del bebé pase con mayor facilidad por el canal de parto y también permiten el crecimiento rápido del cerebro. Con el correr del tiempo, estas fontanelas se osifican, acumulan minerales y se calcifican, para mantener los huesos del cráneo firmemente unidos.

fontanela

En el momento de nacer, el bebé presenta seis fontanelas, dos impares y dos pares. Las fontanelas impares son la frontal, también llamada bregmática, que es la más notoria de todas, y la posterior, también denominada lamboidea.  Las fontanelas pares son la mastoidea y la esfenoidal. Las que se palpan más fácilmente son la bregmática, que se sitúa entre los huesos parietales y las dos mitades del hueso frontal, y la lamboidea, que tiene forma triangular y se sitúa justo por encima del occipital, en la nuca.

La fontanela posterior, se solidifica cuando el bebé tiene uno o dos meses de edad. La fontanela anterior, se cierra en algún momento entre los nueve meses y los dos años de vida, aunque el promedio estaría al año y medio de edad aproximadamente.

Las fontanelas debes ser firmes y ligeramente cóncavas. En casos de deshidratación en bebés, la fontanela puede aparecer demasiado hundida. Si el bebé está quieto, con la cabeza hacia arriba, la fontanela debe estar ligeramente por debajo del nivel de los huesos del cráneo.  En caso de notarse que la fontanela protruye, esto significa que hay un exceso de presión intracraneana, que puede estar dada por una infección, como la meningitis por ejemplo o por otras patologías, por ejemplo, hidrocefalia.

Cuando el bebé llora, se acuesta, vomita o hace fuerza para movilizar el intestino, la fontanela puede parecer momentáneamente protuberante, pero debe volver a la normalidad cuando se calma  y está con la cabeza en posición erecta.

Las fontanelas del bebé deben tener cuidados especiales. Es importante que la  zona no reciba golpes. El médico revisará las fontanelas del bebé en cada control, para comprobar que no protruyen y que no se han cerrado antes de tiempo. Cuando esto sucede, la fontanela osificada prematuramente puede causar daños serios en el cerebro, por lo  que hay que aplicar tratamientos, incluso cirugías para evitar que la craneoestenosis (éste es el nombre del cuadro donde la fontanela se cierra prematuramente) no cause trastornos graves. En los casos en que la fontanela tarda en cerrar, puede ser por falta de calcio o vitamina D, situación que también hay que corregir inmediatamente, ya que significa que el bebé puede padecer raquitismo.