Calostro
La característica más notable de los mamíferos, y aquella por la que se define el grupo, es la capacidad de las hembras de producir leche para alimentar a sus crías durante un periodo postnatal que varía de una especie a otra. Durante el embarazo de los mamíferos las glándulas mamarias de las hembras se desarrollan y cambian su conformación interna para la producción de leche. Los estrógenos de la futura madre aumentan, haciendo que los ductos que transportarán la leche, se ramifiquen. Mientras que la progesterona estimula el crecimiento de los lóbulos y los alveolos.
Cuando el individuo nace la madre todavía no ha empezado a secretar leche, propiamente dicha. Durante los primeros días, entre 3 y 5, el bebé se alimentará de calostro. Será la succión del bebé la que estimulará la “subida” de la leche. El calostro está disponible para el recién nacido desde el momento en el que nace.
Composición nutricional: El calostro es un líquido amarillento que segregan las mujeres, a veces incluso días antes de parir. Esta sustancia es muy rica en proteínas, lípidos e hidratos de carbono. Además contendrá anticuerpos y aminoácidos esenciales para el bebé, que está en pleno desarrollo metabólico y necesita un aporte nutricional muy alto. Cada especie de mamíferos produce un calostro con una composición específica para ayudar a sus crías a pasar los primeros días de vida. Cada especie tiene unos requerimientos de vitaminas diferentes, que en el caso de los recién nacidos son aportadas en el calostro.
EL calostro contiene todo lo que el recién nacido necesita para sobrevivir. Los estómagos de los recién nacidos son muy pequeños, por lo que necesitan alimentación casi continua, pero este hecho estimula a su vez la producción de leche en las glándulas mamarias. En el calostro se incluyen enzimas y lisozimas que atacarán a las bacterias que puedan entrar en el recién nacido, cuyo sistema inmune todavía no está completamente desarrollado.
El calostro contiene células vivas de la madre. Al nacer la cría no cuenta con ningún tipo de bacteria en su cuerpo, no tiene flora intestinal, ni en la superficie de su piel o sus mucosas. En él encontramos linfocitos, un tipo de glóbulos blancos. Para evitar que las bacterias causantes de enfermedades puedan entrar en el organismo el calostro contiene inmunoglobulinas A (que es la más importante y mayoritaria), D, E, G y M que son capaces de inmunizar al bebé contra las especies más comunes de bacterias y virus y de neutralizar toxinas. Además incluye oligopolisacáridos y glicoconjugados que se unen a patógenos e impiden que se adhieran a la pared del sistema digestivo del recién nacido.
El calostro también incluye factores de crecimiento. Con ellos se estimula de forma natal el crecimiento de determinados tipos celulares, que el recién nacido necesita desarrollar. Entre ellos se encuentran la hormona del crecimiento, factores de crecimiento epitelial, insulinoide tipos I y II, de fibroblastos, factores de crecimiento derivados de plaquetas y factores de crecimiento de huesos y cartílagos, así como musculares y del sistema inmune.
Finalmente el calostro incluye minerales esenciales para el desarrollo metabólico del recién nacido. El mayor aporte de calcio lo recibirá de la leche materna, cuando empiece a consumirla a los pocos días del parto.