Riesgo de transmisión de patógenos por gaviotas
Los animales salvajes hospedan y propagan patógenos, dando forma a la epidemiología de las enfermedades infecciosas. Esto es particularmente relevante en paisajes transformados por humanos, donde las especies oportunistas alcanzan altas densidades asociadas con la explotación de fuentes de alimentos antropogénicos que podrían transportar bacterias patógenas. Esto facilita la propagación de patógenos entre la vida silvestre y los humanos, en ambos sentidos, y existe la preocupación de que esto pueda facilitar la evolución de nuevos patógenos zoonóticos.
Un claro ejemplo son las gaviotas urbanas, que amenazan la salud pública porque eliminan patógenos bacterianos, bacterias resistentes a los antibióticos y virus. Esto se ha convertido en un problema de salud pública, pero se sabe poco sobre cómo las gaviotas propagan las zoonosis en el espacio y el tiempo. La falta de información sobre el proceso de diseminación de patógenos zoonóticos debilita las evaluaciones de riesgo y los planes de manejo. Específicamente, la epidemiología de la vida silvestre espacialmente explícita no se encuentra en las acciones de vigilancia y control de las zoonosis existentes, como la Directiva de Zoonosis de la Unión Europea y la Red de Vigilancia Activa de Enfermedades Transmitidas por los Alimentos en los Estados Unidos.
Un estudio realizado recientemente determinó cómo esta brecha podría llenarse a escala regional, al asociar el diagnóstico de patógenos convencionales en gaviotas con el rastreo por GPS de los movimientos de aves utilizando etiquetas electrónicas en miniatura adheridas a individuos infectados. Esto permite la compilación de mapas de riesgo de patógenos y la identificación de hábitats críticos, como se mostró para las gaviotas patas amarillas (Larus michahellis) en el sur de España. Debido a sus hábitos de captura, esta gaviota ha sido reportada como una fuente y reservorio de patógenos zoonóticos. Se realizó un seguimiento por GPS de 14 aves que dieron positivo en una de las tres principales bacterias zoonóticas (cinco gaviotas infectadas con Salmonella, cinco infectadas con Campylobacter y cuatro infectadas con Chlamydia). Estas bacterias son las principales causas de enfermedades zoonóticas en países desarrollados y en vías de desarrollo, y su incidencia está aumentando, incluso en países con sistemas de salud pública adecuados. Por ejemplo, Salmonella y Campylobacter causan las zoonosis entéricas más comunes en la Unión Europea, con 94.530 y 246.307 infecciones clínicas humanas en 2016, respectivamente. En el caso de la clamidia, esta bacteria podría afectar el sistema respiratorio de los humanos, la vida silvestre y los animales domésticos.
En general, ese estudio revela que las gaviotas infectadas con patógenos equipadas con registradores de GPS podrían proporcionar mapas precisos del riesgo de propagación zoonótica, desde la escala local a la regional e internacional. En algunas circunstancias, este enfoque podría ampliarse para construir una red internacional, utilizando gaviotas y otros vectores potenciales de patógenos, para lograr una vigilancia zoonótica a gran escala e identificar e implementar medidas de prevención en hábitats sensibles potenciales. Debido a que esto puede generar preocupación en el público, se recomienda que estas medidas se unan al trabajo de mediación ambiental, para garantizar que la vida silvestre no se perciba como generalmente dañina para los humanos.