Morfología interna de la abeja
– Sistema nervioso –
El sistema nervioso de los insectos corresponde a un sistema de fibras nerviosas. Posee un «stomodeal» nervioso que corresponde al sistema nervioso autónomo de los vertebrados y, en varias partes del cerebro, células neuro secretoras con función endocrina.
Juntamente con la coordinación neuromuscular los insectos poseen una percepción sensitiva inigualable. Sus órganos sensitivos son mayoritariamente microscópicos y están localizados en la pared del cuerpo. Cada uno de los órganos- mecano receptor, auditivo, químico o visual- responde a un estímulo específico.
Órganos mecanorreceptores
Responden a estímulos mecánicos que resultan del tacto, presión y vibración. Estos estímulos son captados por los “sensilla”, que pueden derivarse de sedas simples o pelos unidos a una célula nerviosa; una terminación nerviosa o unos órganos más complejos con células sensoriales unidas a la parte del cuerpo. Las “sensilla” se encuentran en las antenas, patas y cuerpo.
Receptores auditivos
Son sedas muy sensibles, “sensilla”, o tímpanos que detectan vibraciones de aire y sonidos. Cuando están localizados en las patas detectan vibraciones en el sustrato.
Quimiorreceptores
Se localizan casi siempre en las zonas constituyentes de la boca, y en las antenas en el caso de las abejas, Detectan olores y sabores.
Receptores visuales
Los insectos poseen dos tipos de ojos, unos simples (Ocelos) y otros compuestos.
– Sistema reproductor –
El sistema reproductor femenino es compuesto por los ovarios, de los que salen oviductos laterales que se unen en un único oviducto, vagina, glándulas colaterales y espermateca.
El sistema reproductor masculino está compuesto por los testículos, espermatoductos, vesícula seminal, glándulas colaterales, ducto eyaculatorio y pene.
– Sistema digestivo –
Las abejas tienen piezas bucales adaptadas para succionar el néctar de las flores. Cuando se alimentan y el néctar está en la boca, ésta es cerrada por músculos y el alimento baja para la faringe, esófago y papada. La papada es una cámara de almacenamiento donde la comida se mezcla con las enzimas digestivas procedentes de la saliva, comenzando así la digestión. Después de pasar por este tubo digestivo anterior va para el intestino pasando por el proventrículo, el cual es una válvula reguladora que permite el pasaje de líquidos pero no de sólidos. Esto es importante en las abejas porque permite la separación del polen del néctar. El intestino medio, o estomago, es el local de producción de enzimas y de la digestión y absorción. El intestino terminal está compuesto por el intestino recto, el cual abre hacia el exterior al final del abdomen.
El néctar es un fluido algo dulce producido por las flores de las plantas. Las abejas obreras lo succionan y almacenan en la papada, regurgitándolo una vez que regresan a la colmena.
– Sistema circulatorio –
Las abejas poseen un corazón tubular en la cavidad pericardial, que hace movimentar la sangre a través de las venas y de la aorta. Las pulsaciones cardíacas se hacen por movimientos peristálticos. Poseen todavía corazones secundarios que ayudan a bombear la sangre para las alas y patas. Los movimientos corporales contribuyen también para la circulación.
– Sistema respiratorio –
Para que se den rápidamente los intercambios de oxígeno y dióxido de carbono, sin que haya grandes perdidas de agua, los insectos poseen un sistema de traqueas que recorre todo el cuerpo. Los tubos traqueales se abren para el exterior a través de un par de espiráculos, usualmente los dos en el tórax y siete u ocho en el abdomen.
– Sistema excretor –
Los productos nitrogenados son eliminados a través del acido úrico por los tubos de Malpighi. Los insectos son capaces de producir una orina híper osmótica que, juntamente con la epicutícula cerosa, son una importante adaptación para reducir la perdida de agua.