Mimetismo en insectos
Tanto los depredadores como las presas han evolucionado para conseguir que los otros no les viesen. Muchos depredadores acechan a sus presas escondidos entre las hierbas altas esperando su momento, mientras que las presas intentan pasar desapercibidas por los depredadores confundiéndose con el entorno o, incluso, con otros animales. A este tipo de estrategias para sobrevivir se le conoce por el nombre de mimetismo. Existen animales, como los camaleones o los pulpos, que pueden cambiar de color para adaptarse a su entorno, pero en general los animales presentan un colorido que es casi indistinguible de su entorno más inmediato.
El mimetismo está presente en todos los grupos de seres vivos. Los insectos son el grupo de seres vivos más extenso del planeta Tierra y en consecuencia el que presenta una mayor variedad de formas y colores, sobre todo a la hora de idear estrategias de supervivencia.
La mayoría de insectos son depredados por el resto de grupos de animales. Para evitar esto existen varias estrategias como ser venenosos o con mal sabor o, más comúnmente, intentar que no te vean o te confundan con algo que no es alimento.
Existen varias estrategias de mimetismo:
La cripsis, o el camuflaje son el tipo de mimetismo más corriente, en el que los insectos han evolucionado para parecerse a su entorno. Existen ejemplos extremos de cripsis en los insectos. Puedes leer los artículos sobre los insectos palo e insectos hoja, en su artículo aquí (próximamente). Estos insectos no solo parecen palos u hojas, sino que han adaptado su movimiento, haciéndolo oscilante y pausado, para imitar el movimiento de una hoja o una rama al viento. Otro caso del que ya hemos hablado es la evolución de la polilla Biston betularia, que su cuerpo mimetizaba la corteza de los árboles, lee el artículo aquí (próximamente).
Otras especies, como la mayoría de mariposas y algunas orugas realizan un mimetismo algo diferente. El aposematismo es la adopción de señales de peligro propias de otros animales. En el caso de las mariposas, es común ver ocelos o círculos concéntricos en las alas, simulando unos ojos de un animal mayor. Con esta técnica se intenta persuadir a los depredadores de atacar, puesto que los están mirando.
El mimetismo mulleriano, en honor a Fritz Müller quien lo describió, es aquel en el que especies peligrosas se parecen entre sí, un ejemplo muy corriente es el de las abejas y las avispas. De esta forma el número de individuos de ambas especies que tienen que morir hasta que los depredadores aprenden a no atacar a ninguna de las dos especies es menor, puesto que basta con que los depredadores aprendan a distinguir un único patrón de colores.
Por el contrario el mimetismo batesiano, que también es común en insectos, es aquel en el que algunas especies, que no venenosas, ni tienen capacidad para atacar o mal sabor, adoptan la morfología y los colores de otras especies que sí lo son. El caso más común en insectos es la mosca de las flores que es casi idéntica a las abejas. De esta manera se aprovechan del aprendizaje de los depredadores con las especies peligrosas. El número de individuos de las especies que hacen mimetismo batesiano tiene que ser menor que el de las especies peligrosas, si no el aprendizaje no surtiría efecto.