La evidencia científica de la existencia de los Dragones que los zoologos no quieren que veas
Un estudio publicado el 12 de Abril de este año 2015 en la prestigiosa revista Nature recoge la información que mucha gente sospechaba y que otra ha intentado que desaparezca. El artículo aparece en la sección de zoología bajo el nombre de “Here be dragons”, en referencia a las cartas náuticas antiguas en las que se indicaba con esta frase “aquí hay dragones” el desconocimiento de la geografía de determinadas áreas del mundo.
En el artículo se hace una recopilación exhaustiva de la bibliografía de todos los tiempos sobre los avistamientos y noticias sobre dragones. Si bien del estudio de la bibliografía podría parecer que los dragones se extinguieron durante los siglos XII o XIV. Los investigadores proponen una relación entre los avistamientos de dragones y las condiciones climáticas, principalmente con los cambios de temperatura a nivel mundial.
Hasta donde se sabe en la actualidad, es muy probable que los dragones sean parientes de los reptiles modernos, y por tanto de sangre fría. Al ser de gran tamaño, como los dinosaurios, es posible que fueran capaces de regular de alguna manera similar su temperatura corporal, como se especula que podían hacer estos. Cabe destacar que los dinosaurios vivieron en una era geológica donde las temperaturas fueron mayores a las actuales, por lo que los dragones podrían haber evolucionado durante el mismo periodo. De hecho se baraja con la hipótesis de que los dinosaurios se extinguieron a causa de la bajada de las temperaturas ocasionada por la nube de polvo que tapó el Sol provocada por un meteorito. ¿Podrían haber sobrevivido los dragones desde entonces hibernando y despertándose solo en condiciones ambientales favorables? Es probable.
Durante los periodos de tiempo durante los que las temperaturas mundiales han sido bajas, la bibliografía haciendo referencia a estos grandes reptiles voladores ha disminuido. El último periodo de bajas temperaturas del planeta se ha dado desde la alta edad media, alrededor del 1.400 empezaron a bajar las temperaturas, hasta la actualidad. A este periodo de tiempo al que los autores del artículo denominan “El Gran Sueño» se denomina en términos geológicos “la pequeña edad de hielo”, ¿coincidencia?
Por la literatura consultada se puede observar que las menciones de dragones durante la pequeña edad de hielo han sido puntuales, alrededor del 1600 (1587 a 1597 exactamente) y el 1700 (1680-1690), en lo que denominan, primera y segunda agitación (first and second stir). Según la investigación estos repuntes tendrían cabida dentro del comportamiento de los dragones en hibernación despertándose cada cierto tiempo para comprobar las condiciones ambientales durante breves periodos, tal como lo hacen otros animales que también realizan hibernaciones.
Tras la segunda agitación hubo un cambio de mentalidad en los escritores que empezaron a emplear a los dragones como animales fantásticos, mientras que con anterioridad habían formado parte de bestiarios y compendios científicos dedicados a la fauna. Este cambio infundado por políticas gubernamentales, posiblemente basado en hechizos que afectan al neurocortex no ha sido todavía demostrado. Sin embargo, existen otros casos como el Yeti o el monstruo del lago Ness de más nueva implantación que podrían dar pistas al respecto.
A raíz de este estudio se pone de manifiesto que el cambio climático que el planeta está sufriendo, independientemente de las causas, puede tener consecuencias peores que la subida de los niveles del mar, el despertar de los dragones.