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Limpieza, desinfección y esterilización en casa, en el laboratorio y en el hospital

Publicado por Ramón Contreras

En el laboratorio, en el hospital y casi que en la vida entera hay que limpiar de forma eficaz las cosas que vamos a utilizar. Mientras que en casa empleamos diferentes compuestos como detergentes para la limpieza y la desinfección, en el laboratorio y en el hospital tendremos que añadir un nivel de limpieza, la esterilización.

Mientras que la limpieza es la eliminación de la suciedad, la desinfección se refiere a una eliminación de seres vivos. Cuando esterilicemos o desinfectemos estaremos reduciendo la cantidad de seres vivos que estarán en lo que sea a lo que le apliquemos las técnicas apropiadas. Cuando tenemos organismos decimos que tenemos sepsis. Si los tenemos en la sangre es cuando comúnmente se utiliza, pero también puede estar contaminada el agua o alimentos. La palabra técnica para la eliminación de los organismos vivos es la contraria a la sepsia, la antisepsia. Por ejemplo, la incineración a 400ºC eliminará cualquier rastro de ser vivo.

Lavar con jabón es una de las técnicas de limpieza y desinfección que todos hacemos casi sin darnos cuenta de su importancia.

Entonces, desde la limpieza con agua y jabón u otros detergentes, ya estamos empezando a eliminar organismos. El 80% de las bacterias se van de una superficie solo frotando, y casi todos los demás gracias al jabón. Pero es en este 20% donde residen los problemas. Cuando estamos en un laboratorio o en un hospital queremos que todo sea lo más puro posible. Por ejemplo, no nos basta con eliminar todas las bacterias menos una, que justamente será la que invada a un paciente al que se le está realizando una operación a corazón abierto.

La desinfección la utilizaremos para eliminar la mayoría de seres vivos, concretamente sus formas vegetativas (aquellas que no son e resistencia). Las formas vegetativas son las que conocemos comúnmente. Mientras que con la esterilización o con desinfecciones de alta intensidad podemos llegar a eliminar estas formas de resistencia, esporas de hongos y bacterias que se han recubierto de películas protectoras precisamente para sobrevivir a situaciones adversas.

Algunos de los sistemas que empleamos para desinfectar un laboratorio u hospital también los empleamos en casa. La lejía o el alcohol al 70% son los más comunes y baratos, pero también empleamos agua oxigenada o compuestos yodados para desinfectar heridas, aunque en los laboratorios de se empleen para desinfectar superficies que no soporten bien la lejía.

Dependiendo de qué queramos hacer tendremos que limpiar, desinfectar o esterilizar. Por ejemplo, el suelo de casa o del laboratorio, bastará con limpiarlo y de vez en cuando desinfectarlo levemente. Mientras que en el quirófano no nos arriesgaremos y lo desinfectaremos diariamente. En casa desinfectaremos el material de cocina y los baños, para evitar la proliferación de hongos y bacterias en la comida o en el inodoro y la ducha. Finalmente, en casa es difícil que esterilicemos algo, pero si hacemos mermelada casera tendremos que esterilizar los botes en agua hirviendo durante 20 minutos, de forma similar a lo que se hacía con el material quirúrgico antes. Ahora se desinfecta por calor húmedo o seco en estufas y autoclaves y se guarda sellado en bolsas de plástico o papel para evitar su contaminación.

Existen muchos métodos de limpieza, desinfección y esterilización, pero hemos tratado los más comunes que se emplean tanto en casa como en instalaciones médicas y de investigación. Lee siempre las instrucciones de uso del detergente, el jabón y otros desinfectantes que vayas a utilizar para usarlos correctamente y recuerda que no se han de mezclar.