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Técnicas de asepsia en el laboratorio

Publicado por Ramón Contreras

La asepsia es una parte indispensable del trabajo de laboratorio. En la mayoría de ocasiones tenemos muestras que no queremos que se contaminen, pues esto puede dar lugar a resultados falsos (ya sean positivos como negativos) así como a resultados que no se deban completamente al experimento que hacemos. Para evitar contaminaciones hay un riguroso protocolo de actuación en la mayoría de zonas de un laboratorio. Entre otras cosas y por poner un ejemplo, las mesas deben ser limpiadas con desinfectante cada día. La diferencia fundamental entra una limpieza ordinaria y una limpieza aséptica es que esta última asegura la eliminación de todos los agentes causantes de infección, sepsis. Por otro lado, la limpieza esterilizante debe asegurar la completa eliminación de todo tipo de organismos. La esterilización se puede llevar a cabo en materiales y equipamiento, pero una vez abierto el precinto de las bolsas de esterilidad solo se puede asegurar la asepsia de ese material, puesto que el contacto con el aire ya entraña la aparición de organismos.

Sir Hans Krebs trabajando en el laboratorio

En el laboratorio buscamos la asepsia en 3 cosas fundamentales. En las muestras, que no queremos que se contaminen. En el material y las instalaciones que emplearemos para manipular las muestras, para que no las contaminen. Y, finalmente, en el usuario, para evitar que contamine las muestras y también para evitar que se contamine él en caso de ser unas muestras de cierto peligro. En este aspecto, hay que decir que también se tiene que mantener el usuario lo más aséptico posible para evitar contaminar otro material u otras instalaciones que podrían dar lugar a la contaminación de otros usuarios que ni siquiera han estado expuestos directamente a las muestras.

Para evitar la contaminación por usuarios, las medidas son muy claras. El uso de equipamiento de protección individual (EPI) adecuado para cada muestra. Normalmente, con bata y guantes bastará, pero también lavarse las manos con frecuencia disminuirá la contaminación.

El EPI de laboratorio garantiza la seguridad en la mayoría de casos

En cuanto a la protección del material, el equipamiento y las instalaciones, se lleva a cabo de forma rutinaria en todos los laboratorios. Todos los miembros del laboratorio tienen que estar informados de cuáles son las zonas “sucias” o peligrosas y cuáles las limpias. Para descontaminar las superficies se pueden emplear métodos convencionales, como el uso de lejía, alcohol u otros productos químicos comerciales. Pero también podemos usar métodos físicos, de entre ellos la radiación por ultravioleta es la más utilizada para destruir células en su forma de resistencia que pueden sobrevivir a jabones y detergentes.

Finalmente, para proteger las muestras de las contaminaciones con otras muestras, o contaminaciones cruzadas, lo más eficiente es tener un protocolo de actuación adecuado. Por ejemplo, Para trabajar con placas abiertas se trabaja en cabinas de flujo laminar y filtrado que impiden que el aire del exterior toque las muestras. También es frecuente desechar el material fungible una vez utilizado. De esta manera nos aseguramos que siempre viene protegido y que no quedan restos moleculares de experimentos anteriores. Para evitar contaminaciones cruzadas también se recomienda que el protocolo de trabajo siempre tenga la misma dirección y que cada paso del protocolo se lleva a cabo en un lugar diferente del laboratorio, dependiendo de la peligrosidad de cada paso.