Buenas prácticas de laboratorio
En general existen unas normas comunes al trabajo de laboratorio importante para el trabajo cotidiano de laboratorio o normas que seguir en caso de accidente, a ese conjunto de normas se las conoce comúnmente por Buenas Prácticas de Laboratorio (BPL). Aunque dependiendo del tipo de trabajo que se realiza en un laboratorio hay que seguir unas normas de seguridad e higiene adicionales. Es por eso que en muchos laboratorios es obligado asistir a cursos de Buenas prácticas de laboratorio y de Riesgos laborales para poder trabajar en ellos.
Las prácticas de carácter personal son muy elementales y comunes, como no comer, beber o fumar en el laboratorio, llevar la bata abrochada y de manga larga, llevar el pelo recogido, no dejar objetos personales ni ropa en las áreas de trabajo de laboratorio, no guardar alimentos en los frigoríficos destinados a material de laboratorio, lavarse las manos antes empezar a trabajar y al salir del laboratorio. Todas estas son my fáciles de cumplir aunque muchas veces se “relajan” un poco con los años y son importantísimas, por ejemplo para no quemarse el pelo con un mechero Bunsen, que siempre pasa en algunas prácticas universitarias a alguien.
Otras tienen que ver con el material que utilizamos. No oler, ni probar los botes de sustancias de laboratorio, (eso incluye no pipetear con la boca), guardar las sustancias de laboratorio correctamente (no sobre la mesa como en la televisión), normalmente van en neveras o vitrinas dependiendo de sus características (que siempre vienen detalladas en los botes de los productos y es conveniente leer detenidamente antes de emplearlos). Existe una lista de abreviaturas y símbolos para indicar de forma rápida las características nocivas de algunos productos, es esencial saber que significan todos para estar preparados por si ocurre una desgracia. Algunos productos son volátiles y debe trabajarse en una campana extractora para no intoxicarse. Un bote de xileno mal cerrado en un laboratorio puede desatar una euforia colectiva y las risas fáciles en un laboratorio, y después muchos dolores de cabeza. Los residuos tienen que desecharse correctamente, no todo puede ir al desagüe o a la basura normal, en un laboratorio que trabaja con mutantes resistentes a antibióticos de bacterias se han de esterilizar por calor antes de poderse tirar a la basura para evitar que el antibiótico se esparza por la población natural.
Es importante recordar que existe un sinfín de incompatibilidades químicas que pueden llevar a una explosión o a un incendio en un laboratorio. Si bien, las batas de laboratorio están tratadas químicamente para ser ignífugas, hay que ir con mucho cuidado al mezclar al azar cosas en un laboratorio.
Tienen especial interés para las correctas prácticas de laboratorio unas instalaciones adecuadas, con duchas de emergencia y lavaojos situados si no dentro del laboratorio en los pasillos para poder acudir a ellos en caso de quemadura, pero ojo, el agua no siempre es lo mejor ante una quemadura con ácido. Un laboratorio tiene que estar bien ventilado, para no acumular olores químicos o productos volátiles, tiene que tener un sistema de evacuación (escaleras de emergencia, extintores, mantas apaga fuegos) organizado, disponible y bien situado. En laboratorios con animales es importante por ejemplo que el laboratorio no tenga esquinas, para no acumular polvo y suciedad que podría matar a los pobres animales en sus jaulas.
Estas son solo algunas de las cosas más básicas, existen cursos enteros dedicados a esto y cada vez resulta más importante, tanto que existe una normativa al respecto. Es muy frecuente que un centro de investigación tenga su propio libro de buenas prácticas, por lo que al entrar en un centro de investigación es importante pedirlo y leérselo antes de empezar a quemar e intoxicar a los compañeros. No solo es importante que los usuarios de un laboratorio las cumplan sino que también las exijan al centro en el que trabajan.