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Inclusión y mantenimiento de muestras en parafina

Publicado por Ramón Contreras

Cuando queremos observar tejidos al microscopio es normal tener que realizar algunos tratamientos previos con el fin de poder visualizar las partes que nos interesan, en el tejido vivo no se diferencian los núcleos del citoplasma, o una célula de otra. Para poderlo ver hemos de teñir la muestra, pero además para que pase la luz y podamos ver algo las muestras deben estar cortadas muy finas. Los microscopios se basan en hacer pasar la luz a través de la muestra, por lo que éstas deberán ser tan finas que dejen pasar la luz. Es aquí donde entra en juego la parafina. Un aceite mineral derivado del petróleo que a temperatura ambiente es sólido pero, las parafinas más utilizadas en el laboratorio, a partir de los 60ºC son líquidas. Cuanto más dura sea la muestra mayor ha de ser la dureza dela parafina para ayudar a cortarla en bloques. La parafina nos ayudará a formar un bloque compacto con la muestra dentro y permitirnos realizar cortes muy finos con un microtomo (una máquina con una cuchilla de diamante o de cristal capaz de hacer rebanadas de muestra de micras de grosor) sin que la muestra se deforme y queden partes más gruesas que otras como pasa frecuentemente cuando intentamos cortar un bloque muy grande de carne o de otro tejido blando.

Al microscopio el xilema y el floema se ven como tubos huecos que van paralelos al crecimiento de la planta.

La parafina, como todos los aceites, no son miscibles en agua, de hecho son hidrófobos, esto quiere decir que repelen el agua. Los tejidos están basados en agua (nosotros mismos somos un 70% de agua, aunque el porcentaje puede variar de un tejido a otro, la sangre contiene más agua que el hueso, por ejemplo). El proceso de inclusión y el éxito de la conservación de la muestra supone cambiar el agua por parafina, de tal manera que las células queden inmovilizadas en el estado concreto en el que estaban antes de ser manipuladas o lo más parecido posible.

Para ello someteremos al tejido (acuoso) a diversos baños en alcohol cada vez con mayor concentración (60 80, 90, 95% hasta el 100%) este intercambio ha de ser lento y gradual para evitar que la muestra al verse deshidratada se encoja o se vuelva quebradiza. Una vez eliminada el agua se pune en una mezcla denominada sustancia intermedia, como el xileno, que es miscible (se puede mezclar) tanto con alcohol como con parafina. Finalmente introduciremos la muestra en parafina calentada, líquida para formar nuestro bloque.

Una vez el bloque se ha enfriado (si no seguiría maleable y no podríamos cortarlo tan fino como necesitamos) quedará duro y se puede almacenar así por largos periodos de tiempo. Normalmente se harán cortes finos con un microtomo para poderlo visualizar al microscopio. En el microtomo se realizan varios cortes histológicos del grosor que queramos, los más gordos tienen el grosor del papel de aluminio de cocina o papel de seda. Luego, estos cortes se prepararán y visualizarán todos juntos. Una vez cortados será el momento de teñirlos con los agentes concretos que necesitemos para cada visualización. Así podremos con un único bloque de tejido ver diferentes partes de las células si les realizamos tinciones diferentes a diversos cortes.