Breve introducción a la microscopía electrónica
La microscopia electrónica es un conjunto de técnicas empleadas en biología para conocer a un nivel micrométrico la composición de células y estructuras tisulares. En los campos de la microbiología y la virología, por ejemplo, puede usarse para observar la estructura cristalina de las proteínas de la cápside de un virus o las formaciones cristalinas que forma a su alrededor una bacteria quimilitotrofa. En fisiología animal y vegetal nos sirve para observar la disposición de los diferentes orgánulos dentro de la célula, así como estructuras formadas por las células en su exterior o pequeñas secciones de tejido, lo que nos permite observar cómo se organizan las células y qué medios de comunicación tienen para formar los tejidos y los órganos.
La microscopia óptica tiene la limitación impuesta por la longitud de onda de la luz. Su nivel de resolución es de 200 nm y permite ver células vivas. Por su lado el microscopio electrónico utiliza electrones en vez de fotones para hacerlos rebotar sobre la muestra. Como los electrones tienen una longitud de onda menor permiten una mayor resolución, cercana a los 2nm. Por contrapartida en la microscopia electrónica no se pueden observar cultivos vivos.
Un microscopio electrónico tiene varias partes fundamentales y comunes. Un cañón de electrones, para proyectar los electrones contra la muestra. Estos electrones son dirigidos por lentes magnéticas q enfocan el haz de electrones sobre la muestra. Además, el conjunto tiene que estar en vacío, puesto que las moléculas del aire podrían desviar los electrones en su trayectoria sobre la muestra. Finalmente, los microscopios electrónicos cuentan con un sistema de captado de electrones y un sistema informático capaz de convertir esa información en forma de electrones rebotados sobre una superficie sensible a una imagen computerizada.
Las muestras deben tratarse y fijarse antes de poderse observar al microscopio electrónico. Para que los electrones reboten en la muestra éstas son cubiertas con una fina capa de metales pesados. Dependiendo de hacia dónde reboten los electrones el programa informático determina que la estructura es una u otra.
Existen 2 tipos de microscopia electrónica.
La microscopia de barrido (MEB o SEM en inglés) permite observar la superficie de un objeto. Para ello no se necesitan grandes preparaciones de la muestra y la imagen que se obtiene en blanco y negro puede dar una idea de la profundidad de los objetos de la imagen, ya sean formas celulares o cristales químicos o proteínas.
La otra técnica de microscopia electrónica se denomina de transmisión, MET, que también puedes encontrar por sus siglas en inglés TEM. Para este tipo de imágenes las muestras tienen que ser cortadas muy finamente de un grosor de tan solo varios angstroms. Los electrones atraviesan la muestra y la desviación respecto al origen permite reconstruir una imagen dependiendo de la capacidad de cada compuesto de la muestra para retener los metales pesados que la recubren. Además, existen microscopios capaces de tomar tanto imágenes de barrido como de transmisión gracias a que tienen placas receptoras de electrones tanto debajo de la muestra para las imágenes de transmisión, como alrededor de ella, para las imágenes de barrido.