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Los ciliados, esos protozoos

Publicado por Ramón Contreras

Los ciliados son uno de los grupos más importantes dentro de los protozoos. Pruebas moleculares han concluido firmemente que los ciliados son un único Filo taxonómico dentro del Dominio de los eucariotas, englobado en el reino de los protistas. Este filo cuenta con alrededor de 3500 especies y están muy extendidos en cualquier medio acuoso (aunque muy pocos ciliados son marinos) que encontremos en el globo. Su gran tamaño hace que sean fácilmente reconocibles al microscopio óptico, donde se pueden observar en cualquier muestra de agua recogida en un charco. La taxonomía interna del grupo es compleja e incluye una docena de clases, divididas según la forma en la que procesan el ADN para la diferenciación del macronúcleo y su estructura ciliar . Dentro de este grupo podemos encontrar, por ejemplo, a los paramecios, los colpódeos, los vorticela (de vida sésil) o balantidium (este último único ciliado de vida parásita en humanos y otros mamíferos).

Los ciliados son seres unicelulares de vida libre cuya característica fundamental es que poseen cilios. Los cilios se encuentran distribuidos homogéneamente en toda la superficie celular y permiten el movimiento del individuo en todas direcciones. Como el resto de eucariotas cuentan con una compartimentación interna con varios orgánulos propios y exclusivos. En los ciliados podemos encontrar el núcleo (denominado macronúcleo), en el que encontramos el ADN que codifica para los genes del individuo, como en todos los eucariotas. Pero, además, encontramos un núcleo de pequeño tamaño (micronúcleo), que se sitúa en las proximidades del macronúcleo y cuya función es exclusiva de la reproducción sexual que estos seres pueden llevar a cabo, aunque más frecuentemente se multiplican por reproducción asexual. Como característica final para los ciliados encontramos la formación de una estructura celular denominada citostoma. Esta invaginación de la membrana celular se encuentra relacionada con vacuolas digestivas y será el lugar por donde el ciliado introduce partículas del exterior por fagocitosis para alimentarse.

Otra de las características frecuente, pero no siempre presente, son las vacuolas pulsátiles. Los ciliados pueden tener una, varias o ninguna. Debido a la vida acuática y a la exposición continua de su membrana celular al exterior de los ciliados deben responder a presiones osmóticas constantemente, para ello emplean las vacuolas pulsátiles, donde se filtra el agua y se excreta al exterior el exceso para mantener la concentración interna de sustratos.

Los ciliados se reproducen normalmente de forma asexual por amitosis de su material genético del macronúcleo y posterior bipartición del citoplasma. La forma en la que se dividen los cromosomas entre los dos macronúcleos hijos es desconocida y puede ser durante este paso en el que se pierdan algunos componentes. Sin embargo, tras varios cientos de generaciones mediante este sistema el ADN muestra cierta degradación (o envejecimiento). Es en este momento cuando lleva a cabo la reproducción sexual. En primer lugar, el micronúcleo (que contiene dos dotaciones cromosómicas, es diploide) se divide para formar los gametos (haploides). Mediante conjugación simple de dos individuos intercambian uno de los micronúcleos haploides, que se fusiona con el existente en la célula, recuperando la diploidía. Es a partir de este núcleo que el macronúcleo se forma mediante amplificación genética.