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Población ecológica y genética: el ejemplo del petirrojo

Publicado por Ramón Contreras

En ecología definimos una población como un conjunto de individuos de la misma especie que comparte hábitat y nicho ecológico. Esto quiere decir que son capaces de reproducirse entre sí de tal manera que los efectos evolutivos se dispersan entre ellos y juntos van evolucionando, adaptándose a unas características comunes. Esto es importante en ecología y en taxonomía. Por un lado en ecología nos permite delimitar la cantidad de individuos de una misma especie que pueden acceder a un recurso (ya sea a una presa, a un lugar donde vivir o cualquier otro tipo de recurso que la especie explote). Por otro lado, en taxonomía nos ayudará a definir las poblaciones de cada ecosistema y a poder establecer si son la misa especie o no. Esto se hace mediante la capacidad de transmitir adaptaciones genéticas entre diversos grupos.

Por ejemplo, el petirrojo europeo (del que hablamos aquí) es un ave que tiene un área de distribución muy amplia, desde el norte de África hasta Gran Bretaña y desde el oeste de España y Portugal hasta regios de Rusia o la península arábica. Dentro de la especie encontramos diversas subespecies relacionadas con cada zona (el hábitat). De esta manera, los de las regiones frías son más corpulentos, los del oeste tienen un pico más grande, o existen variaciones de coloración dependiendo de cada región, aunque todos mantienen la cara y el pecho rojo distintivo de la especie.

Darwin, en su estudio de los pinzones se basó en las diferencias morfológicas suscitadas evolutivamente en cada isla que alteraban la forma del pico, el tamaño y rasgos similares a los que vemos que se cambian en el petirrojo. Entonces, si hay variaciones visibles entre los petirrojos del este y del oeste, ¿por qué se considera que son todos de la misma especie? La diferencia entre los pinzones y los petirrojos es que mientras que los primeros están aislados (viven en islas diferentes) los segundos viven en un continente continuo y las poblaciones están conectadas. De esta manera mientras que en los pinzones cada especie tiene unos rasgos claros y distintivos en euroasia encontramos petirrojos con una gradación en el tamaño, en el color del plumaje, etc. De esta manera podemos diferenciar claramente un petirrojo de un lado del continente del otro, son realmente muy diferentes. Pero como entre uno y otro podríamos poner varios, tal vez centenares de individuos con pequeñas diferencias uno de otro de tal manera que se vería una gradación completa de las características.

Estos individuos demuestran que aunque haya variaciones dentro de una misma especie el hecho de que no estén aisladas las poblaciones haya que sigan existiendo la posibilidad de comunicación. Por eso, una población es importante establecerla y definirla en ecología, pero también en genética. Además, partiendo de una misma definición común a ambas ramas de la biología podemos llegar a las mismas conclusiones desde los dos ángulos de estudio. Otro caso serán los petirrojos que viven en las islas más lejanas del archipiélago británico. La falta de comunicación entre estas poblaciones y la población europea sí ha creado unas diferencias exclusivas y eventualmente formará una nueva especie de petirrojo.