La contaminación por CO2 hace crecer las plantas, hasta cierto punto
Que el dióxido de carbono esté aumentando en la atmósfera es un dato demostrado en los últimos 40 años. En este periodo de tiempo la cantidad de CO2 se ha visto incrementado en un 20%, principalmente debido al aumento del uso de los combustibles fósiles que han tenido un crecimiento similar al de las emisiones. La atmósfera actual de la tierra tiene una presión parcial de CO2 del 0,04%, por lo que un incremento del 20% no es excesivo en términos globales. Sin embargo, este 0,016% de la atmósfera que ahora es CO2 entraña ciertas alteraciones que están cambiando la vida.
El CO2 es un gas de efecto invernadero que altera la temperatura que la atmósfera puede retener. En parte el aumento de las temperaturas se ha producido por el CO2, pero también la acidificación del suelo y el mar. Estos cambios alteran la composición del medio influyendo de forma decisiva en la adaptación de los seres vivos a ellos. Muchas plantas tienen requerimientos de pH (ácido-base) específicos. Estos cambios producidos por el CO2 si bien no son todavía suficientemente grandes para impedir que una especie viva en una región, sí lo son para que su eficacia biológica se vea reducida y que por lo tanto a la larga sí desaparezca del sitio o se adapte a las nuevas condiciones.
En principio un aumento de CO2 en la atmósfera ayuda a que las plantas crezcan más y más deprisa. De hecho, este es el principio que tienen algunos invernaderos en los que se introduce una mayor cantidad de CO2 para que las plantas crezcan. Los estudios llevados a cabo durante los últimos lustros muestran que las plantas están desarrollando una mayor cantidad de hojas. Las partes de las partes que son las fotosintéticas han aumentado su volumen respecto a la parte no fotosintética. Que las plantas sean más verdes es bueno, puesto que generan más oxígeno y capturan más CO2, lo cual podría pensarse que disminuiría el efecto invernadero de la quema de combustibles fósiles. Pero hay que tener en cuenta que este sobreesfuerzo de los vegetales está propiciado ya por el incremento, así que no podemos esperar que este aumento de la masa verde sea suficiente para revertir los problemas climáticos que tendremos durante este siglo.
Sin embargo, los datos de estos misos estudios muestras que la progresión ha dejado de ser lineal. El creciiento de las partes verdes está disminuyendo respecto al incremento de CO2. Esto es debido a que las plantas no solo viven del CO2, otros compuestos (como el nitrógeno o el fósforo) y nutrientes minerales y el agua se han convertido en el factor limitante del metabolismo vegetal. Es por eso que en invernaderos donde se puede suministrar otros compuestos artificialmente el incremento de CO2 es muy eficiente.
Esto desemboca de forma colateral en que los abonos ya no son tan importantes. El aporte de carbono que daban los abonos naturales es menos importante en la actualidad que en otros tiempos. Además hay que tener en cuenta que el aumento de CO2 aumenta la temperatura de la atmósfera y que la temperatura es otro factor limitante, así que mientras por un lado el aumento del dióxido de carbono incrementa la masa foliar, por otro lado este mismo aumento modifica las condiciones ideales de temperatura o de disponibilidad de nutrientes dependiendo del pH.