Retención de líquidos, edema o hidropesía
A todos nos ha pasado alguna vez que tras una comida especialmente salada, por un motivo u otro, nos notamos el cuerpo hinchado y más pesado. Eso ocurre porque efectivamente hemos retenido líquidos. La retención de líquidos, hidropesía o edema, es el resultado de una dieta con demasiado sodio u otros compuestos que atraen al agua cuando ocurre de forma puntual. Si es un hecho que persiste en el tiempo al cambiar la dieta, puede relacionarse con enfermedades vasculares, de hígado o riñón. Dependiendo de donde se acumule el líquido podemos relacionarlo con una enfermedad u otra. Lo más normal es que se acumule en piernas y tobillos cuando se relaciona con problemas de riñones que no pueden filtrar el agua del cuerpo. Cuando además de en las piernas y tobillos se acumula en los pulmones, produciendo una tos crónica, se relaciona con enfermedades cardíacas. La retención anómala de agua en la zona del vientre puede ser debida a enfermedades de los órganos internos o del aparato reproductor.
Empezando por el principio, los seres vivos controlamos la cantidad de agua de nuestras células mediante el proceso de ósmosis. Para ello, las células juegan con la cantidad de aniones y cationes, elementos con cargas negativas y positivas respectivamente. El agua tiene un potencial eléctrico negativo, por lo que se verá atraída por los aniones y repelida por los cationes. Las diferentes sustancias al disolverse en el agua tienen también una carga. De este modo, la sal común o cloruro sódico (NaCl) se disuelve entre Cl- y Na+. El sodio es un compuesto muy frecuente en las comidas y el principal anión que regula la cantidad de agua. Cuanta más sal comemos, más sodio acumulamos, puesto que el cloro no se almacena de la misma manera. Además, el cuerpo tiene una tendencia natural a captar sodio, puesto que es un regulador de la ósmosis (osmoregulador) muy potente, barato, puesto que no lo tiene que sintetizar, y de pequeño tamaño, lo que permite almacenarlo en grandes cantidades.
Cuando comemos comida demasiado salada, el cuerpo hace acopio de sodio. La comida preparada suele llevar gran cantidad de sodio, ya sea en forma de sal o de otros compuestos como el glutamato monosódico. La mayoría del sodio que comemos está presente de forma natural en los alimentos. Está presente en todos los seres vivos, puesto que no somos los únicos que lo usamos para regular las cantidades de agua interior.
La dieta baja en sal ayudará a regular los casos no clínicos de esta afección. Una dieta sana y equilibrada, preferentemente con alimentos frescos y no procesados, será suficiente para evitar la acumulación innecesaria de líquidos en el cuerpo. De modo complementario, realizar ejercicio moderado ayudará a mover el agua del cuerpo y a eliminarla mejor.
Podemos ver el edema simplemente apretando la zona, si hay retención de líquidos la marca con el dedo se quedará durante unos segundos o minutos antes de recuperar el tono de la piel. El agua se acumula bajo la piel y fuera del sistema circulatorio.
Finalmente, no hay que confundir edema (que es la retención de líquidos) con enema (que es la introducción de líquidos por vía rectal).